OPINIÓN

El mundial más chungo: películas de perros que juegan al fútbol

El mundial más chungo: películas de perros que juegan al fútbol
El mundial más chungo: películas de perros que juegan al fútbol
El mundial más chungo: películas de perros que juegan al fútbol

Estamos todos a tope con el mundial. Hasta los perros. Vale: en muchas ocasiones lo que están los pobres es asustados ante los gritos y los petardos. Pero hay chuchos futboleros, qué duda cabe. Y si los films de “animales haciendo cosas de personas” han funcionado desde que el cine es cine, está claro que tenían que existir películas de  canes que marcan goles.

El éxito de Air Bud en 1997 dejó la puerta abierta a una nueva oleada de películas con bichos haciendo deportes: monos que hacen skateboarding o hockey y perros que juegan, naturalmente, al fútbol. Quizá no dieron tanto dinero en la taquilla americana, pero las ventas al resto del mundo las confirmaron como films bastante rentables. Celebramos la copa del mundo, deseando que alguno de estos cánidos jugase en el equipo de nuestro país.

Un delantero muy peludo (Soccer Dog; 1999, Tony Giglio)

Mientas el perro Buddy estaba concentrado metiendo canastas, llegó Lincoln y se convirtió en el Soccer Dog, con el delicioso título español de “Un delantero muy peludo”. En este caso, el crío protagonista se encuentra con un perrete perdido que resulta es un jugador de la leche, sobre todo cabeceando centros al área. Como su padre está obsesionado con el fúrgol, entra en el equipo, ya que “las reglas no lo prohíben”, cosa que acercará a padre e hijo. En esta ocasión, el malo es el tipo de la perrera, que tratará de capturar al perrete.

El mundial más chungo: películas de perros que juegan al fútbol

Una historia de niños huérfanos, papás que se reconcilian con su pasado y perro majetes que existe simplemente porque tardó mucho en aparecer Air Bud 3. Contaba con un par de caras conocidas (James Marshall y Olivia D'Abo) y, costando cuatro perras, parece que funcionó bastante bien. Era, como os imagináis, un coñazo.

https://youtube.com/watch?v=nxFn1B6gUgU

Los cachorros de Buddy (Air Bud 3: World Pup; 2000, Bill Bannerman)

Air Bud llegó tarde. Pero llegó. Porque Buddy siempre llega. Y ahora juega también al fútbol. Por que sí, porque tampoco hay ninguna regla que impida que un perro juegue al fútbol, así que... Keylor, vigila tu puesto que el collie del vecino igual te lo roba.

En este caso, dueño y perrete se enamoran de sendas humana y canina, que llegan al barrio desde Inglaterra, cuna del fútbol. Los chavales se apuntan al equipo de fútbol y los perretes tienen hijos juntos rápidamente: toda una camada de adorables perritos para despertar la simpatía de la audiencia, que serán secuestrados por los malos para que el protagonista peludo no juegue.

El mundial más chungo: películas de perros que juegan al fútbol

Ah, y claro: Buddy el perro también juega fenomenal al fútbol.  Eso de “Air” no solo es aplicable al basket... supongo que si un jugador remata de cabeza, o un portero sale volando detrás de un balón también puede ser bastante “Air”. De Gea, por ejemplo, está siendo poco “Air” en este mundial.

destacando no solo en el puesto de delantero, si no también como portero: el epílogo de la serie tiene al equipo femenino de los EEUU jugando la final de la Copa del mundo... y sacando al perro para parar un penalty. Esto si que no hay quién se lo crea: ¡Buddy es macho, no puede jugar en una copa femenina! En fin: que en los EEUU ya fue a vídeo, pero en España, por el tema del deporte rey, todavía la pudimos ver en el cine.

https://youtube.com/watch?v=YLk0vKcOcxE

Un delantero muy peludo 2 (Soccer Dog: European Cup; 2004, Sandy Tung)

Vale que estos perros son auténticos ases del balón. pero como bien sabe Landon Donovan u Oliver Atom, hay que ir a Europa para competir con los mejores. Y como Buddy se pasó el béisbol en la cuarta entrega, los productores de Soccer Dog tuvieron claro que era el momento de dar un paso adelante. El argumento de esta es el mejor de todos los aquí reseñados. Por un lado, niño americano que se muda a Escocia. Por otro, un súper-perro, fruto de experimentos genéticos, que se fuga del laboratorio y acaba en poder del niño, que le pone a jugar en su equipo. El animal de esta peli es bastante canijo: en su juego prima la técnica por encima del poderío físico. Y como te dicen que es un experimento científico, pues te lo tienes que creer.

El mundial más chungo: películas de perros que juegan al fútbol

Quizá lo más acojonante de este infrafilm es que, por algún motivo, cuenta con música de Steve Porcaro y Joseph Williams... ¡dos de los miembros de Toto! En horas bajísimas, suponemos. El toquecillo de ciencia-ficción la hace la más original, que no recomendable. Recomendable no es ninguna de estas tres.

De momento no hay más films en esta categoría. Pero llegarán  seguro. Además, tengo la teoría de que comparten universo y que, en un futuro, Lincoln y Buddy, delantero y portero, se enfrentarán en la final de la copa del mundo. Ojito, que pueden estar en las plantillas de las selecciones nacionales, pero aún se reservan a los chuchos como armas secretas. Por suerte España cuenta con Bingo, el perro millonario, para contrarrestar esta táctica.

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