OPINIÓN

Los rodajes

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Los rodajes

Soy guionista, por tanto no soy bienvenido en los rodajes.

Tampoco en los photocalls, entrevistas de televisión o departamentos de concesión de hipotecas de los bancos. No me importa. Un rodaje es la cosa más aburrida del mundo. Solo la filmografía de John Cassavetes puede superarlo.

Los rodajes

Quién espere encontrar en un rodaje glamour, alcohol y drogas... está equivocado. No hay nada de glamour. Y siempre hace mucho calor. O mucho frío. ¿Te acuerdas de esa idea tan genial que tuviste cuándo estabas escribiendo el guión? Sí, hombre, esa escena en la que tus dos protagonistas, Edu, un ex yonki problemático con síndrome de Asperger y Maca, una pija enamorada de su padrastro gay, hacían el amor en la nieve bajo la luz de la luna de Cercedilla... GILIPOLLAS. Haberla situado en Formentera.

Lucía y el sexo

En los rodajes siempre hay cables tirados por todas partes, cables con los que tropiezas. Entonces oyes un gruñido. Los gruñidos los emiten unos extraños seres peludos que llevan puestas camisetas de Iron Maiden: son los técnicos. Tu enemigo. Para ellos eres el MAL en estado puro. Pero claro, es que vas provocando.

¿Qué haces con esa americana y esa corbata?

¿Y por qué has escrito tantas escenas EXT. NOCHE. LLUVIA?

¿Y por qué te has comido el último bocadillo de tortilla de patatas del cátering?

Huye.

Los rodajes

Escóndete en algún lugar al que ellos nunca irían. Una biblioteca, por ejemplo.

Ah, y no intentes ligar con Maca. Bueno, con la actriz que hace de Maca. Ella no tiene ojos para ti. Recuerda: solo eres el guionista, esa extraña criatura que no es famosa y a la que no dan pases vip en los gimnasios. No eres NADIE.

Los rodajes

Irónicamente, Maca se enrollará seguramente con alguno de los técnicos. El alto de barba frondosa que lleva un cinturón de electricista atado a la cintura. ¿Cinturón de electricista? Macho, te estarás tirando a la actriz principal de la película pero tu gusto estético es PÉSIMO.

Los rodajes son como el lóbulo central del cerebro de Messi: lugares inhóspitos.

A un rodaje solo se va por obligación, caso del director, o por un ego descomunal del tamaño de la discografía de Frank Zappa, caso de los actores... y del director. ¿Cómo diferencias a un director de cine español de uno americano? Fácil. El español es el que viaja en Alsa. De los actores hablaremos otro día, cuándo me dé permiso mi abogado.

En los rodajes suele estar también el productor. ¿Cómo? ¿Qué no sabéis lo que es un productor? Siempre se me olvida que no estamos en 2006. Los productores eran unos seres semimíticos que te daban dinero para que hicieras películas. Pero desaparecieron. Al parecer por un meteorito que se estrelló contra la Tierra.

Los rodajes

Hablemos por último de otra figura clásica de los rodajes. Unas criaturas tiránicas y crispantes que se pasean por el plató con un látigo de piel de elefante en la mano imponiendo orden y disciplina: los ayudantes de dirección.

En el caótico y malsano batiburrillo de un rodaje, dónde los egos, los bocadillos a medio comer y las inseguridades de tres cuartas partes del equipo generan un magma peligroso e inestable ellos, los ayudantes de dirección, son fundamentales. Son como los guardianes ucranianos de los campos de concentración nazis: despreciables pero útiles.

Útiles para los nazis, quiero decir, no se me malinterprete, por favor.

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Alberto López (@alberto2) es guionista. Su película favorita es La fiera de mi niña. Odia a Damon Lindelof. 

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