Doctor Mordrid: el primo pobre del Doctor Strange

¿Te gustó Doctor Strange? Pues entonces te encantará Doctor Mordrid (1992, Charles y Abert Band). O quizá no. El pobre Mordrid vive sus aventuras de una manera bastante más desangelada que la de su primo de la Marvel, al que por fin le ha llegado el turno de protagonizar una superproducción. Pero cuidadín, no cometáis el error de despreciar a Mordrid: su película es una modesta pero honesta. Y la leyenda dice… que el proyecto comenzó como un proyecto para adaptar al mismísimo Extraño…

Resulta que, a principios de los Charles Band que había adquirido los derechos del personaje de la Marvel para hacer una película. En aquellos primeros 90, la editorial andaba como loca tratando de sacar adelante algún proyecto cinematográfico. Y ni por esas: la historia nos cuenta que los derechos del personaje caducaron antes de que los Band pudieran comenzar el rodaje

Sin embargo, esto no es más que un rumor de internet, que a base de replicarse, ha terminado por aceptarse como auténtico. La realidad es que Charles Band nunca tuvo los derechos del personaje. El propio guionista de la película, C. Courtney Joyner ha contado en varias ocasione como él recibió el encargo de crear un guión a partir de unas ilustraciones originales de Jack Kirby, pero nunca basándose en el personaje de Marvel.

En 1986, Kirby recibió el encargo de crear un par de conceptos para películas por parte de la Empire, la anterior productora de Band. Joyner recibió el encargo de trabajar sobre una de estas ilustraciones, la que presentaba a un tal Doctor Mortalis, poderoso hechicero protector de la tierra.

Finalmente Band optó por cambiar el nombre al personaje, llamarlo Mordrid, y pidió a Joyner que cambiara algunas de las ideas del concepto original. Con Jeffrey Combs ya confirmado se entregó un guión, que como decimos, nunca pretendió ser una adaptación directa del Doctor Extraño. Marvel no estaba TAN desesperada porque hicieran películas de sus personajes.

El film cuenta una historia bastante más directa que cualquier encarnación del Doctor Extraño. Lejos de ser un personaje torturado o con un interesante pasado, al Doctor Mordrid lo han enviado desde otra dimensión para que luche contra el mal. Su creador, una fuerza cósmica conocida como “Monitor”, manifestada al más puro estilo Kirby: un cosmos con ojos. Monitor le advierte que su viejo enemigo Kabal, ha escapado y tiene que localizarle antes de que consiga dominar el mundo.

Efectivamente Kabal, un tipo con melenas de rata y una permanente mandíbula desencajada anda por ahí, dominando la mente de los simples mortales. Mordrid y Kabal se criaron juntos y llevan toda una eternidad luchando, uno por el control del universo, otro por impedirlo. Ahora está consiguiendo, uno por uno, los componentes alquímicos que necesita para abrir las puertas a la cuarta dimensión, dejando que los demonios invadan nuestro mundo.

Modrid, mientras, aguarda las señales de la actividad del mal mientras tontea con su vecina de enfrente, una policía que también comienza a sospechar que algo sobrenatural está sucediendo. Es su única aliada: el resto de la policía teme y tanto ellos como el malvado Kabal tratarán de ponerle fuera de circulación.

Desde su lanzamiento hasta nuestros días, el film gozó del cariño de los aficionados. No había muchas películas con un argumento semejante, y los efectos de stop-motion incluidos en su climax, resultaban entrañables a muchos fans del fantástico. Por no hablar de la presencia de Combs. Está claro que tiene algunos puntos de interés para el fan de la serie B. Pero la realidad, entonces y ahora, es que la película es ramplona, y la cosa da justa justa para rellenar los 75 minutos que dura la película. O ni eso. Quejarse del dinero en un film de este tipo puede sonar algo absurdo, el film jamás es capaz de transmitir el peligro proporciones cósmicas que acecha al planeta. Toda la acción sucede en prácticamente cuatro localizaciones: cuando un film de superhéroes comienza con un traveling con una casa llena de cacharros está claro que nos vamos a pasar mucho tiempo en la casa de marras.

Con todo, se trata de una de las mejores propuestas de Full Moon, se nota que hay cierto cariño por la película y un poco más de mimo que el habitual de los films de la productora. Sin embargo y como todos sabemos, el terror funciona mejor con presupuestos bajos que los superhéroes y el resultado es regulero. Lo mejor: que el bueno de Jeffrey Combs pudiera darse el gustazo de hacer de superhéroe. Y de hacerlo bien, además.

Como con tanta cosas, Hollywood ha eliminado la necesidad de recurrir al cine de bajo presupuesto para ver determinados conceptos, y el film, tan solo es de interés para nostálgicos y completistas de la Full Moon. Quizá vive en Tierra 6987 y un crossover podría ser posible. Si alguien puede cruzar dimensiones a su antojo ese es Mordrid. Bueno, y Strange.