OPINIÓN

El Batman nigeriano: sobredosis de caspa en la jungla

El Batman nigeriano: sobredosis de caspa en la jungla
El Batman nigeriano: sobredosis de caspa en la jungla
El Batman nigeriano: sobredosis de caspa en la jungla

En el último número de Cinemanía, dedicado a los superhéroes, este humilde crítico de mierda os regala un repaso a las películas chungos de supers de todo el mundo. El continente africano tenía que estar representado en el artículo. Los lectores de este blog ya conocen al famoso Spiderman de Ghana. Hoy visitamos a su país vecino para hablar de… ¡el Batman nigeriano!

Porque sí: la leyenda del hombre murciélago es tan grande que ha traspasado fronteras. Aunque viendo esta película, queda claro que los nigerianos no han leído muchos cómics del personaje. En realidad, ni siquiera han debido ver sus películas. Ni sus dibujos: vamos, que este The Bat Man (2016, Ilochi Olisaemeka) se parece al original lo que un huevo a una castaña.

El Batman nigeriano: sobredosis de caspa en la jungla

Observando el cartel de la película, llaman la atención tres cosas.

1. La cutrez extrema del traje del superhéroe. Es exactamente lo que te imaginas cuando te dicen “el Batman nigeriano”.

2. Hay una mujer murciélago o algo así.

3. En Nigeria siguen dividiendo los films dos entregas, pero como han oído que en occidente estamos a tope con las series, pues ahora las llaman SEASON 1 y SEASON 2. Vale que se hacen largas (de hecho esta es especialmente insoportable), pero… ¡tampoco te va a durar lo que una tanda de episodios de Anatomía de Grey!

El film tiene un argumento sencillo… estirado hasta llenar 3 o 4 horas en un guión que suena a improvisado. El jefe de una tribu indígena quiere casar a su hija. La niña ha cumplido 16 años y debe buscar marido. Y claro: tiene que ser el hombre más fuerte del poblado. Se organiza una competición para este fin, un torneo de lucha libre con los chavalotes de por allí.

Pero mientras los jóvenes se preparan y se hacen la puñeta, comienza a pasar algo extraño. Una extraña figura comienza a aparecer en la selva y a matar uno a uno a estos jóvenes guerreros. ¿Jason? ¿Freddy? No. ¡Es Batman!

El Batman nigeriano es un tipo que va con un traje digno del peor “cospobre” brasileño, con un uniforme creado con cinta aislante y una camiseta. Y un maletín. Un maletín mágico. Batman no duda en meterse en peleas de artes marciales con sus enemigos. Pero cuando se cansa de los saltitos, abre su maleta y una bandada de murciélagos sacados de la peor biblioteca de CGI acaban con su vida.

El Batman nigeriano: sobredosis de caspa en la jungla

Este Batman es una especie de espíritu de la jungla, con un montón de poderes y que pelea a ritmo de la música de Juego de Tronos. Porque sí: porque queda chulísimo. En ocasiones lucha a hostia limpia, y en otras, utiliza unos golpes mágicos que recuerdan a los que hacen en el League of Legends.

Así como os cuento la película, parece algo bastante interesante. Pero creedme: no lo es. Este Batman Kills es un aburrimiento supino que transcurre a base de dimes y diretes e intrigas palaciegas entre los diferentes pretendientes de la princesa, mientras Bat Man sigue por ahí no se sabe muy bien por qué. Matando gente y haciendo la puñeta.

Lógicamente, al final se revela la historia del personaje, uno de esos candidatos a luchador, derrotado y utilizado por un chamán para joder a la tribu de las narices y cobrarse venganza. Por medio hay magos buenos, malos, amoríos y torrazos, y la cosa acaba fatal fatal. Todo rodado como si fuera un episodio de Pasión de Gavilanes. Pero con efectos especiales penosos, peña en taparrabos por ahí y la gente alternando el inglés y el nigeriano de la manera más random. O sea: lo que viene a ser el cine de Nigeria normal.

El Batman nigeriano: sobredosis de caspa en la jungla

Quizá lo mejor de este The Bat Man es comprobar cómo Ilochi Olisaemeka no tiene ni la más remota idea de cómo es el personaje. Más allá del motivo del murciélago, su Batman no comparte ninguno de los rasgos que le hace popular. En la película, Batman no es millonario, no es un héroe urbano, no es un personaje nocturno, no defiende la ley, no es un humano normal, no es un gran detective y no usa tecnología. En lugar de eso tenemos… esto.

Su reinvención del personaje es lo más interesante de un film insoportable. Quizá deberíamos intentar que el taciturno Ben Affleck viera este film para animarle a afrontar su gafado Batman. Igual se tomaba un poquito menos en serio todo el asunto. ¡Sonríe un poquito, Ben, que en África no le dan tantas vueltas a las cosas!

Mostrar comentarios

Códigos Descuento