Un amour de jeunesse

“Nunca dejé de quererte. Ni un minuto. Ni un segundo. Te llevo dentro de mí como una enfermedad”. La crónica de amor de juventud que Mia Hansen-Løve invoca y rememora tiene dentro la misma fuerza y abnegación que esas frases de Camille, protagonista y álter ego de la directora en lo que vendría a ser un diario sentimental o, así, carta sin posibilidad de respuesta. Como en las anteriores Tout est pardonné y El padre de mis hijos, la cineasta recurre a la autobiografía, esta vez abriéndose casi en canal a través de una radiante, frágil, perfecta, Lola Créton. Ella es Camille, quien, con 15 años, conoce a Sullivan, de 19. Empiezan una relación de amor tan intenso y definitivo como el de cualquier adolescente. Pero, cuando la distancia geográfica se interpone, la relación se rompe y los años fluyen.

El paso del tiempo tiene un lugar privilegiado en el cine de Hansen-Løve, que ha depurado las elipsis con tanta naturalidad como el retrato de las emociones más íntimas. Ocho años después de separarse, los antiguos amantes se vuelven a (des)encontrar. El recuerdo de lo que fueron se refleja en la evocación que hace la directora de la gramática y modos sensibles de Rohmer, Garrel o Téchiné. Igual que la arquitectura sirve a Camille como válvula de escape (y, de paso, punto de fuga hacia un nuevo amor), el cine es donde Mia enjuaga sus recuerdos y los fija con delicadeza en la ficción, universalizándolos para nosotros.

DANIEL DE PARTEARROYO

FICHA TÉCNICA

Un amour de jeunesse

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  Crónica del romance entre Camille y Sullivan, que empieza durante su adolescencia y queda roto cuando el último se marcha de viaje a Latinoamérica.

• RESUMEN: Educación sentimental de primer grado

• ESTRENO: 11/05/2012

• Romántica / Francia / 2011 / Dir: Mia Hansen-Løve / Reparto: Lola Créton, Sebastian Urzendowsky, Magne-Håvard Brekke, Valérie Bonneton / Guión: Mia Hansen-Løve