Sufrimiento sin voz: 10 documentales sobre animales maltratados

Las orcas de 'Blackfish' no son las únicas criaturas cuyas desgracias han sido captadas por una cámara. Te ofrecemos 10 ejemplos espeluznantes. Por YAGO GARCÍA
Sufrimiento sin voz: 10 documentales sobre animales maltratados
Sufrimiento sin voz: 10 documentales sobre animales maltratados
Sufrimiento sin voz: 10 documentales sobre animales maltratados

Tienen mala prensa. Muchísima: sus complejos vínculos familiares, su talante juguetón (cuando no tienen hambre) y el hecho de que sean primas de los delfines (en un sentido biológico, se entiende) no evitan que las orcas arrastren el mote de "ballenas asesinas", como si ellas tuvieran la culpa de ser carnívoras. Pese a ello, estamos hablando de criaturas muy inteligentes y sociables, justo el tipo de seres que las pasan canutas cuando están en cautividad. Y de eso habla precisamente Blackfish, la película de Gabriela Cowperthwaite que se estrena esta semana: a partir de la historia de Tilikum, un ejemplar que mató a tres de sus entrenadores, el documental nos explica el aciago destino de las orcas encerradas en zoos y acuarios.

Sufrir cautiverio para que los humanos se diviertan no es ninguna bicoca, sobre todo si eres un depredador marino de seis toneladas. Pero, ¿qué pasa con el resto de criaturas? Pues a ellas también les toca en este reparto de crueldad, negligencia, codicia o simple estupidez a cargo de la especie dominante. Échale un vistazo a esta lista de documentales, y lo comprobarás.

The Animals Film (M. Alaux, V. Schonfeld, 1981)

No fue la primera película centrada en el maltrato a los animales (La sangre de las bestias, de Georges Franju, data de 1949), pero The Animals Film sí fue uno de las primeras en crear una polémica sonada. Esta película británica, narrada por Julie Christie y con música de Robert Wyatt y los Talking Heads, no sólo aborda temas habituales en el subgénero (la industria cárnica, la caza, los experimentos de laboratorio) sino también otros como el maltrato a las mascotas o el adiestramiento militar de algunas especies. Y lo hace desde una óptica tan centrada en el sufrimiento de los bichos como en la relación de este con la economía o los peligros para la salud humana. En 2007 su versión completa (120 minutos) fue editada en dvd.

Earthlings (Shaun Monson, 2005)

"De todas las películas que he hecho, esta es la que más ha conversaciones ha provocado", dice Joaquin Phoenix acerca de su trabajo como narrador en Earthling. Y, oye, algo de razón no le falta: rodado en su mayoría con cámaras ocultas, este filme se centra en las consecuencias de la economía en la vida de los animales domésticos, observando sobre todo un aspecto tan siniestro de la misma como es la crianza industrializada. Y no nos referimos sólo a la producción de alimentos, sino también a ciertas escenas inolvidables (por lo nauseabundas) situadas en perreras públicas y en criaderos de mascotas. Por no hablar de sendas descripciones, igualmente inmisericordes, de los rodeos en EE UU y los espectáculos taurinos en España.

The Cove (L. Phisoyos, 2009)

Ganadora del Oscar al Mejor Documental, The Cove sigue siendo una película impactante e inolvidable. En su momento fue acusada de racismo, y es cierto que su descripción de las costumbres pesqueras en Japón no es nada amable, pero los hechos siguen siendo ciertos: cada año, en las inmediaciones de la ciudad de Taiji, son capturados más de mil delfines. Algunos de ellos serán vendidos a aquariums de todo el mundo, y el resto sacrificados para consumo humano. "Si volviera allí, los pescadores me matarían", dijo Ric O'Barry, antiguo entrenador de cetáceos en la serie fílmica Flipper, cuyas investigaciones son el hilo conductor de la película.

Meet Your Meat (Bruce Friedrich, 2002)

"Te presento a tu carne", afirma esta película en su título, y el encargado de hacer los honores no es otro que Alec Baldwin, ejerciendo como narrador. Producida por la muy polémica asociación PETA, de la que el actor es socio, Meet Your Meat pone el dedo en la llaga del que, sin duda, es el tema más espinoso en lo que a humanos y animales se refiere: las granjas industriales. Gallinas hacinadas y drogadas hasta las cejas, corderos separados de sus madres y cerdas que dan a luz en espacios minúsculos y hediondos son algunos de los protagonistas de un filme que, ojo al dato, hizo que Burger King cambiase sus políticas corporativas.

An American Opera (Tom McPhee, 2007)

A muchos de los filmes que hemos presentado hasta ahora puede acusárseles de presentar retablos muy generales sin proponer soluciones, o de buscar respuestas emocionales fáciles. El enfoque de An American Opera, sin embargo, es muy concreto: tanto como lo fue el paso del huracán Katrina sobre Nueva Orleans. Además del desastre humano, la catástrofe hizo que millares de animales domésticos vagaran a su suerte por las calles de la ciudad en ruinas, expuestos al hambre, a la intemperie y a los disparos de la policía. Por suerte, grupos de voluntarios se resistieron a la medida, organizando lo que la propia película describe como "la mayor operación de rescate animal de la historia". Seguramente, An American Opera es la única cinta de este informe con algo parecido a un final feliz.

The Elephant in the Living Room (Michael Weber, 2010)

El "elefante en la sala de estar" es una expresión en inglés referida a un problema grave del cual nadie quiere hablar. Algo que viene al pelo para el tema de esta película: el comercio y la venta de animales exóticos como mascotas. El caso que sirve como eje a su estudio es el de un león fugitivo cuyo dueño, todo sea dicho, aparece retratado como una bellísima persona. Con elogiable objetividad, la película nos hace preguntarnos quién querría tener como compañera a una criatura alejada de su hábitat, cara de mantener, constantemente estresada y potencialmente peligrosa.

Animal (Ángel Mora, 2007)

La única película española de nuestra lista aborda, como ya te estarás imaginando, el tema estrella de los activistas españoles: los espectáculos taurinos. Recorriendo cosos, dehesas e infinidad de fiestas patronales, la película apunta los intereses económicos que mantienen la 'fiesta nacional' en activo pese a que su público se reduce cada día más. Eso por no hablar de su pormenorizada descripción de instrumentos como las banderillas o la pica, concebidos para causar el máximo dolor posible. Ahora bien, al filme puede reprochársele el criterio a la hora de escoger su testimonio: una cosa es que rostros célebres se presten a apoyar una causa, pero ¿qué pueden aportar Lucía Etxebarría o los miembros de Ska-P y Ojos de Brujo que no sea pura opinión?

Home (Yann-Arthus Bertrand, 2009)

Dado su refinamiento visual (la mayor parte de la película está formada por tomas aéreas) uno podría considerar a Home como un documental buenrollista y new age dedicado a apaciguar conciencias. Pues va a ser que no: aunque se regodee en las bellezas naturales de nuestro planeta, la película también tiene espacio en sus fotogramas para el sufrimiento de más de una especie, no sólo de la nuestra. La parte que sigue a un polluelo desde que sale del cascarón hasta su destino en una granja resulta muy difícil de olvidar.

Proyecto Nim (James Marsh, 2011)

Vale, las películas sobre maltrato físico a los animales abundan, pero ¿podemos hablar de maltrato psicológico hacia una criatura irracional? Tras ver Proyecto Nim, te quedará poca duda de que sí: este documental, galardonado por el sindicato de directores de EE UU, cuenta la vida de una chimpancé hembra entregada a una familia humana como parte de un experimento. Los científicos esperaban que Nim aprendiese a comunicarse con sus anfitriones bípedos mediante lenguaje de signos, pero la pobre primate acabó sufriendo un desarraigo que terminó convertido en violencia. Lo más irónico: el experimento fue un fracaso debido a su pobre metodología.

Sharkwater (Rob Stewart, 2006)

Emocionarse viendo The Cove es relativamente fácil: al fin y al cabo, la historia personal de Ric O'Barry es impresionante, y los delfines (que, a todo esto, no son ningunos santos) le caen bien a todo el mundo. Pero, ¿podemos identificarnos con un tiburón? Sharkwater responde con un "sí", ya que el depredador marino por excelencia es una presa para los pescadores furtivos y los gobiernos sin respeto por el ecosistema. Tras ver esta película, entenderás que los escualos del mundo tienen una cuantiosa cuenta pendiente con Steven Spielberg.

Todos los días, a todas horas, noticias de cine y series de televisión en CINEMANÍA.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento