[SEMINCI 2015] De patrias, espigas, carneros y hombres

Humanos y animales en 'Rams' y 'La adopción' dejan interpretaciones en esta jornada que hacen pronosticarles premios.
[SEMINCI 2015] De patrias, espigas, carneros y hombres
[SEMINCI 2015] De patrias, espigas, carneros y hombres
[SEMINCI 2015] De patrias, espigas, carneros y hombres

Acabo de desayunar en la cafetería de abajo de mi casa, y mientras me regaba el organismo con las vitaminas de un generoso zumo de naranja y leía las últimas noticias del Festival en El Norte de Castilla, he escuchado la conversación que mantenía el gerente del bar, madridista acérrimo, con uno de los clientes. Como muestra de lo caldeado que debe estar el ambiente tras la unilateral declaración de independencia de la CUP y Artur Mas, valga la metáfora local de que en este establecimiento se pone música y se apaga la televisión a partir de las 09:00 o’clock, hora del primer parte informativo.

Mientras tanto, el ambiente que se respira en la Seminci es de normalidad absoluta. Ayer, el Festival se vestía de gala de nuevo para acoger a los tres galardonados con la Espiga de Oro de la 60ª Edición del Festival: Fernando Trueba, Juan Diego y el histórico director de fotografía Juan Mariné. Además, la argentina Daniela Fejerman presentaba La adopción, la primera gran película española a concurso, que, curiosamente, ha sido rodada en catalán para favorecer la naturalidad en la comunicación entre los actores, una pareja que viaja hasta Ucrania para adoptar a un niño, y que allí las pasará canutas hasta conseguirlo, dada la corrupción que impera en el sistema público de adopciones que circula desde España hasta esos países del Este de Europa: en el Capitalismo, cuando las diferencias económicas entre los pueblos son tan abismales, se diluye la escala de valores, y solo se tiene en cuenta el poder del dinero. Esta podría ser la lectura política de esta película, que además tiene otras muchas. Llegó el humor también, de la mano de las islandesa Rams, el valle de los carneros, que será distribuida en España por Karma Films, y en Spanish Cinema (ciclo que recoge una selección de las mejores películas producidas cada año en España) pudimos ver la inédita El país del miedo, del extremeño Paco Espada, original thriller de contenido social, basado en la homónima novela de Isaac Rosa, que habla de la atípica relación que se establece entre un padre de familia miedoso y una escolar conflictiva que le amedrenta.

¿Qué encuentro hemos celebrado? El que reunió en el escenario del Teatro Calderón a los Espigas de Honor del Festival con sus compañeros y amigos de profesión. Concha Velasco, Fernando Ducay, Aitana Sánchez Gijón, Fernando Chinarro, David Trueba, Jorge Sanz, Miriam Díaz Aroca y el actual presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Antonio Resines, fueron los encargados de hacer entrega del máximo galardón del Festival a los tres homenajeados. En su intervención tras recibir la Espiga de Honor, el mítico director de fotografía Juan Mariné rindió homenaje a su maestro Manuel Berenguer y a todos los operadores y directores de fotografía españoles. Juan Diego, por su parte, se acordó de los actores secundarios, soporte para que el trabajo de los principales pueda brillar, mientras que Resines presentó al tercer homenajeado, Fernando Trueba, cuyos próximos proyectos son la continuación de La niña de tus ojos, titulada La reina de España, y un nuevo trabajo de animación con el dibujante Mariscal (después de Chico & Rita) como “un cineasta que ha hecho mucho por retratar este país en películas llenas de gente hermosa y que expresa lo que tiene dentro, una nacionalidad propia que a mucha gente molesta”. El propio Trueba, quizás intentando aclarar un poco el discurso apátrida que pronunció tras recibir el Premio Nacional de Cinematografía y el consecuente revuelo, añadió después que “el cine y los amigos son la patria de cada uno”, y aseguró ser un aficionado del Festival desde hace tiempo y haber descubierto su vocación de cineasta tras visionar El pequeño salvaje, de François Truffaut, película ganadora de la Seminci de 1970.

Dentro del acto de las Espigas de Oro celebrado en el Teatro Calderón, también se hizo entrega del XII Premio SGAE de Guión Julio Alejandro, convocado por la Fundación SGAE, y dotado con 25000 euros, que recayó en manos de la malagueña Flora González y su libreto titulado El salto, una historia de inmigración protagonizada por Mussa, un subsahariano que vive acampado en el monte Gurugú esperando el mejor momento para saltar las tres vallas que separan Marruecos de Melilla.

¿Qué películas hemos visto? Dos hermanos granjeros que llevan cuarenta años sin hablarse en la remota Islandia rural, y que compiten por criar el mejor carnero de la comarca, constituyen el eje argumental de la tragicomedia Rams, el valle de los carneros, una película que llevó más de cinco años de trabajo al director Grímur Hákornason. El espíritu de películas como Hukkle, De caballos y hombres, o incluso de la lynchiana Una historia verdadera están presentes en una cinta cuyo peculiarísmo sentido del humor, con secuencias sencillamente brillantes, como aquella en la que el hermano enfermo es trasladado al hospital por el otro en la pala de un tractor, supo ser apreciado (y festejado) por el público vallisoletano. Antes de participar en Seminci, la película había obtenido el Premio Una cierta mirada en el Festival de Cannes.

Desconcierta de partida la estética, un tanto televisiva, de La adopción, protagonizada por Nora Navas y Francesc Garrido, pero en cuanto la película viaja a Ucrania (está ambientada y coproducida en Lituania, en realidad) y el conflicto principal se asoma –las secuencias con la funcionaria de adopciones y las fichas de los niños enfermos son brutales, de lo bien que están planteadas y dirigidas-, la intensidad dramática se dispara, y la película no te suelta hasta dejarte liberado con los personajes de todo ese sufrimiento que a veces puede llevar algo en apariencia tan sencillo, y tan humano, como es adoptar a un niño. La película se respira mejor además, gracias a las notas de humor que se desprenden de las confusiones y de la dialéctica idiomática, por eso, uno de los grandes aciertos de la directora Daniela Fejerman (como se encargó de resaltar el productor Gerardo Herrero, todo un clásico en Valladolid), estuvo en no unificar el habla, en dejarse expresarse a cada personaje con el idioma con el que se encontrase más a gusto (fuese el ucraniano, el catalán o el castellano).

También original resulta la propuesta de El país del miedo, de Francisco Espada, cuando invita al espectador a identificarse con un protagonista (sobresaliente la actuación de José Luis García Pérez) con un rasgo de la personalidad tan estigmatizadoramente negativo como es el de padecer miedo, en este caso de la cría que previamente acosaba en el colegio a su hijo. El mobbing, el temor urbano a la seguridad de nuestro hogar, el cómo enfrentarse a una patología desacreditada por la sociedad, son los ingredientes en torno a los cuales Espada tensiona un thriller que quizás hubiese merecido una ventana más apropiada para destacar que el Festival de Málaga. Otra película relevante de nuestro cine hasta ahora poco visible…

Y por último destacar la presencia en la Sección Oficial del cortometraje Tank, del maestro belga de la animación Raoul Servais (a quien recientemente dedicó una retrospectiva el Festival Internacional de Cine de Huesca, con la edición adicional de una espléndida edición de su trabajo en DVD por parte de la casa Intermedio). La peliculita, que dura unos cinco minutos, vuelve a ambientarse en la primera Guerra Mundial y es un bello poema sincrético de tolerancia y amor, a partir de una escena bélica contada en paralelo entre el interior de un tanque y la posición de unos soldados que defienden una trinchera.

¿Qué vino hemos catado? Un Toro Gran Colegiata en casa de mis padres para acompañar un sabrosísimo plato de fideos con almejas y unos salmonetes a la plancha como segundo.

Espigadera: La realización, el guión y los actores (humanos y animales) de Rams, el valle de los carneros, están fantásticos, pero puede ser que los Premios al Mejor Director y a los Mejores Actores ya tengan asignados los rostros de Daniela Féjerman, Frances Garrido y Nora Navas, por las cotas dramáticas que alcanzan en La adopción. 

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