Rockeros, cineastas y viceversa: cuando los directores graban discos

Desde 2006 apenas sabíamos nada de Tom DiCillo, el director que le calzó un tupé rubio y enorme a Brad Pitt en Johnny Suede. Bueno, sí: sabíamos que estaba muy alejado de Hollywood, y que firmaba episodios de series como The Good Wife y Ley y Orden. Pero, desde luego, jamás hubiéramos imaginado que nos lo volveríamos a encontrar de esta manera: resulta que, desde hace cinco años, DiCillo es el vocalista y líder de The Black and Blue Orkestre, un grupo que suena a "guitarras surferas, ritmos hip hop y bajos con groove", según explica él mismo. La banda acaba de publicar su primer álbum, Hurt Me Tender, que está recibiendo muy buenas críticas.

Nosotros le deseamos la mejor suerte posible a Tom DiCillo y a su grupo... Pero, por supuesto, no podíamos quedarnos ahí. Porque, si bien es cierto que los actores suelen estar más dispuestos a coger el micrófono, los cineastas tampoco se resisten a coger un instrumento y deleitarnos con sus talentos musicales. Y, si por la fama, por casualidad o porque la cosa realmente suena bien, alguien se decide a publicarles un disco, pues tanto mejor. Aquí te ponemos al día sobre cinco directores con carreras musicales muy interesantes.

¿A qué suena? Pop industrial con resabios rockeros y de cabaret. O, según el propio, "a blues moderno".

Su historia: Cuando el genio de Montana lanzó su debut en solitario (Crazy Clown Time, 2011) a la 'tierna' edad de 67 años, muchos se echaron las manos a la cabeza, y las críticas no fueron precisamente misericordiosas. Los detractores solían olvidar que Lynch, un guitarrista de cierto mérito, ya había publicado otro disco en 2001 (Blue Bob, firmado junto a John Neff) y figurado en la larga lista de estrellas invitadas de Dark Night of the Soul, el proyecto conjunto de Sparklehorse y Danger Mouse. Amén, claro está, de sus intervenciones en las bandas sonoras de sus filmes. The Big Dream, su más melódico y asequible segundo álbum, llegó a las tiendas este verano.

Te gustará si te gustan... Captain Beefheart, Tom Waits, Throbbing Gristle

¿A qué suena? Noise neoclásico progresivo. O así.

Su historia: Al igual que Lynch, Jarmusch ha esperado mucho tiempo antes de estrenarse discográficamente. Pero, tratándose del cineasta emblemático de la siempre musical escena neoyorquina, y miembro de varios grupos que no pasaron por el estudio, ese momento tenía que llegar... y llegó, aunque no de la forma esperada: Concerning the Entrance into Eternity y The Mystery of Heaven, los dos álbumes firmados en comandita por el director y el laudista holandés Jozef van Wissem, tienen muy poco de rock al uso y mucho de ambientes delicados (en lo que toca al europeo) y abrasivos, esto último gracias a la saturación y los acoples prodigados por la guitarra de Jim. En abril de este año, Jarmusch publicó su primer álbum al frente del trío SQÜRL, algo más convencional pero igual de ruidista.

Te gustará si te gustan... Current 93, Mogwai, King Crimson

¿A qué suena? Cantautor indie.

Su historia: Este tampoco podía faltar, ¿verdad? Pues aquí le tenemos: en 1985, el mismo año en el que debutaba en cines con Mala noche, Van Sant lanzó su primer EP, una colaboración con nada menos que William S. Burroughs titulada The Elvis of Letters. Dicho disco, donde el escritor divagaba sobre fondos sonoros aportados por Gus, tuvo dos continuaciones más convencionales, pero también interesantes: el single Lost World (1992) revelaba las dotes de nuestro hombre como cantante folk de melodiosa voz, en un derrotero similar al de los álbumes 18 Songs About Golf (1998) y Gus Van Sant (1999). Por cierto, ya que viene al caso, nuestro hombre fue compañero de instituto de los Talking Heads.

Te gustará si te gustan... Sufjan Stevens, Richard Hawley, Nick Drake

¿A qué suena? Psicodelia susurrante y vintage.

Su historia: El tipo más arrogante de Hollywood no sólo sacó de sus casillas a Roger Ebert: también ha derramado su ego en trabajos discográficos mucho más sosegados de lo que cabría imaginar. Tras dos discos en los 80, el primero como miembro del grupo Bohack, Gallo pasó una década sin acercarse a un estudio hasta que volvió a picarle el gusanillo con su primer largometraje Buffalo 66. En la banda sonora de ese filme, varios temas suyos se codean con clásicos del rock progresivo, un estilo que (con matices) siguió cultivando en When y Recordings of Music for Film, sus dos álbumes para Warp Records. Eso sí: Gallo no ha vuelto a publicar un disco desde 2002.

Te gustará si te gustan... Devendra Banhart, Donovan, The Incredible String Band

¿A qué suena? Funk-punk desquiciado, descocado y muy intoxicado.

Su historia: De acuerdo, el manchego universal sólo tiene un disco en el mercado, grabado en 1983 y formando tándem con Fabio McNamara. Ahora bien, dicha trayectoria musical es tan delirante que bien merece un repaso: con ocasión de una fiesta de la revista Rock Spezial, Almodóvar y McNamara deciden debutar musicalmente acompañados por miembros de los Zombies y de sus buenos amigos Alaska y los Pegamoides. La tentativa sale bien, la carrera del dúo (bautizado inicialmente como The Black Kiss Dolls) se prolonga, algunos de sus temas aparecen en la BSO de Laberinto de pasiones y el invento acaba dejando para la posteridad un álbum de incalificable título (¡Cómo está el servicio... de señoras!) en cuyos temas (Satanassa, Voy a ser mamá, Suck it to Me, etcétera) se alternan esputos epatantes con cotilleos a granel sobre la escena madrileña de la época. Desde entonces, Pedro ha renunciado a las artes sonoras, aunque sigue teniendo buen oído para la música.

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