¿Por qué 'Rogue One' está en guerra con los partidarios de Trump?

¿Es el spin-off de 'Star Wars' un ataque galáctico contra el presidente de EE UU, o a los forofos de la 'derecha alternativa' se les ha subido la Estrella de la Muerte a la cabeza?
¿Por qué 'Rogue One' está en guerra con los partidarios de Trump?
¿Por qué 'Rogue One' está en guerra con los partidarios de Trump?
¿Por qué 'Rogue One' está en guerra con los partidarios de Trump?

A estas alturas, puede costar creerlo, pero es lo que hay: hace mucho, mucho tiempo, en un Nuevo Hollywood muy, muy lejano, un tal George Lucas se ufanaba de ser un rojeras de aúpa. Al igual que su amiguete Francis Ford Coppola, aquel cineasta en ciernes profesaba un odio saduceo hacia el establishment de EE UU, con su Guerra de Vietnam y sus cosas, algo que le animó a concebir a los villanos de un proyecto de ciencia-ficción que estaba preparando: los héroes lucharían contra un Imperio (galáctico) que, en palabras del cineasta, funcionaría "como los nazis dirigidos por Richard Nixon". El proyecto, claro, se acabaría titulando Star Wars, y apenas nadie repararía en sus implicaciones políticas... hasta ahora mismo, cuando el spin-off Rogue One ha desatado las iras de los seguidores de Donald Trump.

¿Qué tiene la película de Gareth Edwards para enfurecer a los seguidores del presidente electo de EE UU? ¿Por qué partidarios de Trump han creado el hashtag #DumpStarWars ("Star Wars a la basura") para llamar al boicot de la película? Pues, probablemente, las actitudes de los guionistas Chris Weitz Gary Whitta, que arremetieron contra el millonario metido a político tras  las elecciones estadounidenses, no debió ayudar: “Recordemos que el Imperio es un grupo de supremacistas humanos”, tuiteó Weitz, mientras su compañero se ufanaba de presentar a “un grupo multicultural dirigido por mujeres valientes” como héroes de su historia.

Tras los primeros pases de Rogue One, la cosa no mejoró: si bien Weitz y Whitta habían sido llamados al orden por los altos mandos de Disney, el crítico Scott Feinberg echó más leña al fuego describiendo al filme como "la peor pesadilla de Donald Trump" en Twitter. "Mujeres empoderadas, negros, latinos, asiáticos, discapacitados y mucho más. ¡Que la fuerza nos acompañe!", afirmó el entusiasmado experto acerca de los protagonistas del filme. Así pues, algunos seguidores de Trump parecen haber tomado a la película como un manifiesto de Hollywood (ese nido de izquierdistas y desviados sexuales que, a buen seguro, apoyaron a Hillary Clinton porque Bernie Sanders no había salido en las primarias demócratas) contra el líder de sus amores.

Dejando aparte las pataletas en redes sociales, uno de los ejemplos más creativos de este rechazo ha sido el llevado a cabo por Sabo, un artista callejero de Los Ángeles. A fin de hacerle la puñeta a Rogue One, este señor cubrió los carteles situados en las cercanías del teatro Pantages de Los Ángeles (donde tuvo lugar la premiere del filme) con otro póster, de su propia creación, en el cual Trump y sus asesores reemplazaban a Felicity Jones, Diego Luna y el resto de los comandos rebeldes. Hillary Clinton, por su parte, figuraba como una siniestra figura en la sombra, y el título del filme también tenía su variación: "Rogue Won", algo así como "el renegado ha ganado".

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Los casos más extremos de esta teoría conspirativa apuntan a que los famosos reshoots de escenas del filme (posiblemente rodados, aunque no es seguro, por el coguionista Tony Gilroy) habrían tenido el objeto de incluir mensajes anti-Trump en sus diálogos. Y, claro, ante tamaño sindiós, tenía que intervenir el hermano mayor. O, lo que es lo mismo, el CEO del estudio Bob Iger. En declaraciones para The Hollywood Reporter, Iger ha expresado su consternación por estas reacciones, desmintiendo enérgicamente cualquier agenda ideológica en el filme: "Es sólo una película para que todo el mundo se lo pase bien. No es un filme político en ningún sentido, y en él no hay absolutamente ninguna declaración política".

A muchos, las declaraciones de Iger podrían parecerles irrisorias: al fin y al cabo, el hecho de haberse gestado en un cierto sistema económico y de producción convierte a toda película en un producto político, lo quieran o no sus responsables. También es interesante saber que, como señala The Mary Sue, Iger ha sido invitado a formar parte del llamado Foro Estratégico y Político, un comité de 16 miembros (reclutados entre el mundo empresarial) dedicado a asesorar al presidente electo. Asimismo, y pese a apoyar al Partido Demócrata, el CEO de Disney tuvo sus más y sus menos con Bernie Sanders, cuando este denunció que muchos empleados del estudio cobran el salario mínimo.

¿Una historia delirante? Pues sí. Pero también una historia que puede darnos muchas pistas acerca de ese subtexto que está presente incluso en el filme más palomitero. Uno puede preguntarse quiénes empezaron la guerra: si los izquierdistas estadounidenses que acogieron Rogue One como un emblema... o los forofos de la llamada 'derecha alternativa' que, en nombre de sus presuntas "guerras culturales", son capaces de arremeter contra cualquier cosa sin el más mínimo sentido del humor.

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