¿Por qué DiCaprio no quiere que veas esta película?

Prohibida en EE UU desde hace 20 años, en ‘Don’s Plum’, dirigida por R.D. Robb, el actor hace gala de su faceta más vulgar. Sin embargo, podría ser su interpretación más honesta.
¿Por qué DiCaprio no quiere que veas esta película?
¿Por qué DiCaprio no quiere que veas esta película?
¿Por qué DiCaprio no quiere que veas esta película?

En 1995, Leonardo DiCaprio y Tobey Maguire eran dos chavales que estaban intentando hacerse un hueco en el mundo del cine y mientras esperaban la oportunidad que les ayudaría a cambiar su suerte produjeron y actuaron en una pequeña película indie en blanco y negro de uno de sus colegas de entonces, R.D. Robb. 

El filme se titula Don’s Plum y hubiera pasado inadvertido como una cinta mínima entre los primeros trabajos de ambas estrellas de Hollywood si DiCaprio no se hubiera obsesionado con prohibir su visionado casi desde que el rodaje de la película finalizó. 

DiCaprio y Maguire actuaron en Don’s Plum como un favor hacia su antiguo colega pero llegaron a decir que odiaban a Robb y que fueron traicionados, y lo que comenzó hace veinte años como una disputa se ha convertido en un largo agravio de dos décadas que todavía hoy sigue dando titulares.

Hace poco más de un año el productor Dale Wheatley había subido Don’s Plum a la red en el marco de la campaña freedomdonsplum.com, con la que pretendía denunciar la extraña situación en la que se encuentra el filme, ya que tiene prohibido su estreno en EE UU y Canadá, y esta semana misma la plataforma Vimeo ha retirado la película, donde estaba alojada, tras haber recibido sendas notificaciones de los actores. 

A pesar de que la cinta ha circulado por algún que otro festival (se estrenó en la Berlinale de 2001) e incluso ha llegado a nuestras pantallas, en su país de origen es una película de culto que actualmente solo puede verse de manera asilvestrada en YouTube. 

Veinte años más tarde y unos cuantos litigios después, ¿por qué Leonardo DiCaprio sigue sin querer que se vea Don’s Plum? ¿Por qué el actor de El renacido no soporta que exista esa película? ¿Ante qué pecado de juventud de DiCaprio nos encontramos con Don’s Plum?

Pandilla de mocosos

Cuando Leonardo DiCaprio aún era demasiado joven como para ir detrás del Oscar, correteaba con sus amigos detrás de las chicas y haciendo las gamberradas habituales de un mocoso (rico) de unos veintitantos años. O al menos eso aseguran los muchos reportajes que se le dedicaron desde que el actor apareciera en Diario de un rebelde (Scott Kalvert, 1995); todos ellos centrados en el círculo de amigos de DiCaprio y sus correrías. 

Tobey Maguire, Kevin Connolly o David Blaine, junto al rubio actor, conformaban The Pussy Posse, el nuevo Bratpack para la prensa de los 90, cuyo único legado con vida, por mucho que le pese a la estrella, es Don’s Plum, la película de R.D. Robb que intenta por todos los medios que nadie vea.

Pero, ¿qué cuenta Don’s Plum? Una buena historia generacional muy de los años 90: una noche a la semana un grupo de amigos queda para hablar y tomar algo en una cafetería, pero hay truco porque cada uno de ellos tiene que ir a la cita acompañado de una chica. 

Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Kevin Connolly, Jenny Lewis (líder de la banda Rilo Kiley), Ethan Suplee, Jeremy Sisto, Meadow Sisto, Amber Benson y Heather McComb son los protagonistas de una cinta que se rodó en seis días con un presupuesto de menos de 100.000 dólares y cuyos diálogos fueron enteramente improvisados. 

Nada escandaloso sobre el papel, pero en pantalla la imagen que ofrece Di Caprio, por ejemplo, no es un cúmulo de bondades ya que en el rol de Derek da rienda suelta a su faceta menos amable, rozando en ocasiones cotas considerables de misoginia y otras lindezas de las que una madre no estaría orgullosa. 

Tampoco el personaje de Maguire sale bien parado: su papel también da pie a que el actor despliegue un abundante catálogo de tonterías, aunque resulta sorprendente ver al intérprete en un perfil distinto al del clásico chico formal al que nos ha habituado. 

En última instancia, Don’s Plum se sitúa entre el charloteo de Tarantino o Kevin Smith y el tono de película de la Generación X, y de algún modo es un notable resumen de las aspiraciones y tropiezos de los jóvenes de esa década, incluso cuando roza el cliché.

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Con todo, tanto a DiCaprio como a Maguire les debió parecer una muy mala idea que la película llegara a las salas comerciales en ese momento. DiCaprio estaba a punto de enrolarse en Titanic (James Cameron, 1997) cuando Don’s Plum comenzó a despertar el interés de varias distribuidoras, así lo asegura el productor Dale Wheatley, mientras que Maguire acababa de estrenar La tormenta de hielo (Ang Lee, 1997) y su nombre sonaba como rostro del nuevo Peter Parker.

Quizá esas razones parezcan hoy en día una cuestión peregrina, pero, para un joven actor ambicioso destinado a convertir su cara bonita en la más soñada por  las jovencitas de medio mundo, la imagen pública era casi una cuestión de estado. 

Por su parte, los dos actores han sostenido desde el primer momento que la película jamás iba a ser tal, sino una suerte de cortometraje destinado a la improvisación interpretativa que jamás sería estrenado y que, por tanto, fueron engañados por su entonces amigo, que quería sacar provecho de la fama de sus colegas. A raíz de esa confusión los pleitos no se hicieron esperar.

La mala reputación

Dos años después de que la película se completara, uno de los productores de la cinta, David Stutman, demandó a los actores alegando una campaña de coerción para que la cinta no se estrenara. Según Stutman, Maguire tenía miedo de que su interpretación pudiera revelar aspectos de su personalidad o experiencias personales (que no quería que salieran a la luz, se entiende), mientras que los actores acusaron al equipo de la película de haberles engañado haciéndoles creer que iban a rodar un corto. 

Finalmente se llegó a un acuerdo por el cual la película no podría ser estrenada y distribuida en Norte América (Estados Unidos y Canadá). Tras ello, el equipo contactó con Zentropa, la compañía de Lars Von Trier, y concluyeron la post-producción de la película, consiguiendo asimismo estrenar el filme en el Festival de Berlín de 2001 con críticas más o menos favorables. La película incluso llegó a nuestras pantallas al año siguiente de la mano de la compañía DeAPlaneta.

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Todo podría haber acabado ahí si no fuera porque el productor Dale Wheatley decidió en calidad de propietario del copyright del largometrahe subir hace algo más de un año la película a internet, en el marco de una campaña de denuncia por la situación de un trabajo que todavía veinte años después no puede estrenarse en EE UU. 

Hace apenas una semana la obra fue eliminada de la plataforma Vimeo, donde estaba alojada, tras una queja por parte de Maguire y DiCaprio, en una suerte de movimiento legal que puede recordar a los vividos entre 1998 y 1999 por el equipo del filme. 

“Leo continúa difamando la película y a sus creadores hasta hoy mismo sólo porque fue engañado por su mejor amigo, Tobey Maguire”, explica Dale Wheatley a CINEMANÍA por correo electrónico. “¿Por qué Tobey detuvo la salida del filme? No lo sé. No puedo imaginar porqué alguien haría lo que ellos han hecho. Deberían estar avergonzados.”

Para quien encuentre todo este actual revuelo un escándalo oportunista dada la proximidad de la gala de entrega de los premios Oscar, Wheatley puntualiza que la campaña freedonsplum comenzó hace más de un año, exactamente el 5 de septiembre de 2014, bastante tiempo antes de que DiCaprio comenzara a sonar como candidato mejor posicionado para lograr la ansiada estatuilla. 

“Envié una nota de prensa a los medios pero nadie me hizo ni caso”, cuenta. “Mi intención era evitar que coincidiera con cualquier lanzamiento de alguna de sus películas, pero cuando puse en marcha la iniciativa a nadie le interesó. Hasta la semana pasada, cuando un editor de Reddit lo posteó en el foro y llegó hasta su página de inicio. Desde entonces, el interés no ha parado de crecer.”

Molesto por la decisión de Vimeo de eliminar la película de la plataforma, Wheatley se lamenta de tener que pasar por la misma situación otra vez y no comprende el revuelo alrededor del filme. “La única cosa que va a dañar la reputación de Maguire y DiCaprio en relación con la película es que continúen censurándola en EE UU y Canadá”. 

Por ello afirma que uno de los motivos que le movieron a subir el largometraje a la red es hacer recordar que “nadie debería poder censurar una película, mucho menos los actores que han trabajado en ella. Es una atrocidad que cualquier artista pueda censurar a otro y, la verdad, tenía la esperanza de que Leo algún día maduraría. Pero he visto que no y yo no puedo esperar más”. 

Desconocemos si se conseguirá apagar este incendio, pero para quien quiera continuar con la polémica, en la etiqueta de twitter #freedonsplum encontrarán más gasolina.

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