Los directores de 'Vaiana' nos cuentan sus secretos

Si hace 27 años John Musker y Ron Clements no hubieran dirigido La Sirenita, probablemente Disney no sería lo que es hoy (y tu infancia hubiera sido mucho más triste).  Es verdad que este Renacimiento (o II Edad Dorada) que vivió la compañía fundada por 'tío Walt' fue fruto de la confluencia de un productor tan visionario como dictatorial (Jeffrey Katzenberg), un músico y un letrita en estado de gracia (Alan Menken y Howard Ashman) y varios animadores geniales (como Glen Keane o Andreas Deja), pero ellos fueron los capitanes de un proyecto que despertó al estudio de su larguísimo letargo creativo, convirtió la animación en su principal activo y redefinió el canon de musical Disney.

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A esta le siguieron Aladdin, que cosechó el mismo éxito, y Hércules, que inició un declive que se confirmó con El planeta del tesoro. En 2009, tras la toma de mando de John Lasseter, intentaron volver a poner de moda la animación tradicional con Tiana y el sapo, que finalmente fue un brillante revival que la enterró para siempre (no ayudó que su estreno coincidiera con el de Avatar). Ahora, en pleno furor post-Frozen, estas dos leyendas regresan a casa con Vaiana, un filme en el que confluyen lo mejor del viejo y el nuevo Disney.

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Vaiana es el primer cuento de hadas del estudio después de Frozen, la película de animación más taquillera de la historia y fenómeno social sin precedentes. Sus directores son conscientes de ello, pero, lejos de verlo como un motivo de presión, se lo tomaron  como un incentivo. ¨El éxito de Frozen le ha dado mucha confianza al estudio. Hemos trabajado con muchos de sus técnicos y artistas¨ cuenta Ron Clements. ¨Creo que este boom que vive la animación Disney tiene que ver con John Lasseter, que es nuestro jefe y el jefe de Pixar. Ha estado muy involucrado en ambas¨.

Y John Musker, que no se olvida de los fines promocionaros de estas entrevistas, añade: ¨Hemos tenido un gran equipo musical: desde Opetaia Foa´i, desde las islas del pacífico, Mark Mancina de El rey león, hasta Lin-Manuel Miranda, que es un gran letrista de Broadway¨. A la espera de que el tiempo (y el pueblo) confirmen si How Far I´ll Go se convierte en el nuevo Let it go, la taquilla de EEUU ya ha hablado: con 81 millones de dólares es el segundo mejor estreno de Disney en Acción de Gracias... aunque no supera los 93 de Elsa y Anna.

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Pese a salvar a toda una compañía, Ariel suscitó la ira de las feministas: por su fisionomía imposible de tronista, porque su única ambición era casarse con el príncipe y comer perdices y porque, para ello, nisiquiera necesitaba tener voz. Con la princesa Yasmin (Aladdin), hubo un pequeño cambio y su enamoramiento de un ladronzuelo podría interpretarse como una rebelión contra el patriarcado. Tiana fue otro hito, por sus orígenes humildes, pero sobre todo porque era la primera princesa afroamericana.

Aunque el mayor salto se ha producido con Vaiana, un personaje tan fuerte y complejo que no muestra ningún interés hacía el sexo opuesto. ¨Respecto a su personalidad, es mucho más una heroína de acción¨, nos aclara Clements cuando le preguntamos sobre el tema. ¨Es una chica joven que emprende una aventura cuya misión es salvar a su isla y convertirse en la persona que necesita ser, pero no hay ningún interés amoroso¨. ¿Y visualmente? ¨La hemos diseñado para que pudiera hacer frente a todas estas aventuras, como trepar acantilados, remar en mar abierto o luchar contra monstruos, por eso sus piernas y sus brazos son tan fuertes¨, añade Musker, ataviado (como su compi) con una camisa hawaiana de la peli. Lo cual demuestra que Lasseter no solo marca tendencia en el savoir faire: también en la moda.

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Vaiana es, además, la primera película animada con ordenador de estos dos adorables señores de 63 años. ¨El guión, la historia, las canciones... es igual. También la dirección de los actores. Pero el proceso de producción es muy diferente¨ explica Clements. Y Musker se explaya un poco más: ¨Con el 2D es muy fácil arrancar, porque con lápiz y papel puedes explorar personajes y mundos muy rápidamente. En CGI, sin embargo, tienes que construir los personajes por ordenador, ponerles una armadura interna para dotarlos de movimiento y crear un mundo para que se puedan mover en él. Lleva mucho tiempo hasta que puedes ver algo¨.

¿Lo bueno? ¨Una vez que lo tienes todo montado la animación se hace en muy poco tiempo, seis u ocho meses, lo cual es impensable en 2D. Desde el guión gráfico hasta el producto final la animación tradicional tiene un proceso de animación más lineal. El 3D sin embargo es como un zig zag y había secuencias en las que no sabíamos qué estaba terminado y qué no. Veíamos el cielo y preguntábamos: ¿Es este el cielo real? Y nos decían, no, ese vendrá después. Después mirábamos las rocas y decíamos, ¿podemos ignorarlas? Y nos decían, ¡no! ¡esas son las rocas reales! ¿Y cómo lo sabemos? Era confuso pero para cada día se nos iba dando algo mejor¨. Unas palabras que demuestras que van sobrados de humildad y que nunca es tarde (ni se es demasiado sabio) para aprender cosas nuevas. En Vaiana por cierto hay una parte (los tatuajes del semidiós Maui -Dwayne Johnson-) animada a mano por el legendario Eric Goldberg (que dio vida, entre otros, al Genio de Aladdin).

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Para terminar les pusimos en el aprieto de preguntarles qué les parecía que Disney esté rehaciendo en acción real todo su catálogo animado. ¨Bueno, nosotros no estamos trabajando en ello, pero van a hacer nuevas versiones de algunas de nuestras películas, como La Sirenia y Aladdin, y creo que van a quedar muy chulas. A mi me encantan Maléfica y El libro de la selva.  Y, por lo que he oído, La bella y la bestia también ha quedado muy bien, así que crucemos los dedos...¨ opina Clements, a lo que John Musker añade: ¨Lin-Manuel Miranda, que es un gran letrista y compositor, también va a estar en La Sirenita, así que bien por nosotros¨. Una respuesta digna de Mickey Mouse.