'Las aventuras de Zipi y Zape': un 'anticlásico' español

¿'El Ete y el Oto'? ¿'Yo, puta'? Naderías: si quieres conocer una película española absolutamente lamentable, échale un vistazo a esta adaptación de los personajes de Escobar.

Recientemente, esta tu web repasaba las películas españolas peor valoradas en Rotten Tomatoes. Un verdadero pasaje del terror en el que encontramos flops ibéricos del calibre de Two Much o la histórica Yo, puta, esta última con un 0% de críticas positivas. Sin embargo, algunos comentarios de nuestros lectores en redes sociales nos descubrieron la verdad: si queríamos encontrar un filme español a la altura de Troll 2 o Plan 9 from Outer Space, entre otras cintas famosas por su mala calidad, teníamos que buscar en otra parte. ¿En la de El ETE y el Oto, tal vez? Pues no: esa película española absolutamente lamentable era Las aventuras de Zipi y Zape, un despropósito firmado por Enrique Guevara (responsable de En busca del polvo perdido, Orgasmo caliente y El mundo sexual de la pareja, entre otras) en 1982.

¿Qué tiene esta película que la convierte en semejante 'anti-clásico'? Comencemos por un poco de historia: en 1948, tras haber sufrido represalias de todo tipo "por rojo y separatista", el dibujante catalán Josep Escobar creó a los hermanos Zipi y Zape Zapatilla. La peculiar pareja evolucionó con el tiempo, pero a finales de los 70 su humor resultaba muy blanco para lectores acostumbrados a las salvajadas de Vázquez o de Mortadelo y Filemón. El resultado: algunos les amaban, y otros les odiaban. En estas estaban los mellizos cuando una Editorial Bruguera que comenzaba su lento declive vendió los derechos para una versión cinematográfica. Y allí empezó el desfile de espantos, empezando por...

Adolescentes haciendo de niños

zipiyzape

No es sólo que los hermanos Francisco Javier y Luis María Valtuille, encargados de encarnar a Zipi y Zape, hubiesen entrado ya sobradamente en la 'edad del pavo' cuando el filme se rodó. Lo más grimoso de todo fue que ellos (y todo el reparto de la película) fueron doblados en posproducción. El resultado: dos chavales al borde del acné hablando con voces de castrati. Uf, qué mal rollo...

Canciones altas en sacarina

Cuando se estrenó Las aventuras de Zipi y Zape, los musicales infantiles como La guerra de los niños (con el inefable grupo Parchís) estaban en plena boga en España. De ahí que los responsables de la película decidieran trufar el filme con números musicales tan inapropiados como cursis. A nosotros nos arrebatan el baladón ¿Dónde está el amor? y el showstopper rockero Canción de la cometa. Aviso: no hagas clic en el botón de play si eres diabético.

¡Menudo reparto!

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Además de los gemelos Valtuille, Las aventuras de Zipi y Zape rebosa de nombres que, decididamente, no deberían haber estado allí. El comediante Joan Monleón, famoso años más tarde por su show de humor grueso en el valenciano Canal 9, lució patillas como el papá de los hermanos, mientras que Marta Angelat, fogueada actriz dramática, encarnó a una Doña Jaimita urgentemente necesitada de un logopeda. Para acabar de arreglarlo, Mary Santpere hace lo que puede como un inexplicable personaje secundario, pero quien busque aquí la gracia derrochada por la actriz en Patrimonio nacional y otros clásicos pierde el tiempo. ¿Culpa de ella? No: de un guión tan alejado del genio de Berlanga y Azcona como del de los cómics originales.

Humor muy incorrecto

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Puede que Mary Santpere no pegue ni con cola en esta película, pero ella se lleva el 'minuto de oro' con esta escena en la que una actriz blanca (Amparo Moreno, nada menos) aparece maquillada para dar vida a una criada negra. Puede que se trate de un homenaje a Panchita, la doméstica del Doctor Cataplasma (otro histórico personaje de Brugera), pero lo dudamos. Más que nada, porque ni esta escena ni otras del filme lucen la más mínima gracia, por mucho que en ella aparezca el mismísimo Sherlock Holmes.

¡Sale Hulk!

bulk

Bueno, mejor será decir "Bulk", que si no la Marvel se cabrea. Se trata, en realidad, de un homenaje a la serie televisiva El increíble Hulk, por entonces en  boga y (vía una banda sonora estrepitosamente fuera de lugar) a la telenovela Dallas . Otro guiño catódico se lo llevan Los ángeles de Charlie, transformados en Los ángeles de Chorli por las mismas razones. Decididamente, a los guionistas Guevara y Ricard Reguant se les acabó la imaginación muy pronto.

Un coche volador (y no es un DeLorean)

poster

Pese a su avanzada edad (nació en 1908), Josep Escobar se esforzó siempre por no perder el hilo de su joven público en sus tebeos, incorporando guiños a los videojuegos primerizos y demostrando un conocimiento enciclopédico de las alineaciones del Barça. Ahora bien: los guionistas de Las aventuras de Zipi y Zape le superaron ampliamente. Porque sacar un automóvil volador en su filme ocho años antes de Regreso al futuro II tiene mucho mérito. Que la escena parezca un pegote incorporado a la historia sin ton ni son... Bueno, esa es otra.

No tiene gracia

donminervo

En esto, básicamente, se resume todo. Si hemos hablado de Las aventuras de Zipi y Zape es porque es un ejemplo perfecto de como no adaptar un cómic al cine, y sobre todo porque su ración de disparates por minuto la convierte en un despropósito digno de figurar junto a las obras de Ed Wood en antologías de basura fílmica. Puede que eso se deba a su director, un profesional del destape metido al cine para niños, a un reparto hecho en el infierno o a unos productores deseosos de ahorrar, por no hablar de los fallos de raccord y otros errores técnicos. En todo caso, la lección queda ahí: lectores, no busquéis cine de mala calidad en el extranjero... Con el de aquí, vamos sobrados.

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