La tijera oriental: Lo 'más peor' de la censura en China

40 minutos, ni más ni menos. Ese es el tiempo que deberá perder El Atlas de las nubes para ser estrenada en China. La película de Tom Tykwer y los hermanos Wachowski, que tuvo el martes su premiere en Pekín, ha sufrido esta mutilación por parte de sus distribuidores en el País del Centro, temerosos de que varias escenas despertasen las iras gubernamentales: por una parte, el filme se ha visto privado de algunas escenas de violencia. Por otra, toda la trama romántica entre los personajes de Ben Whishaw y James D'Arcy ha ido a la papelera por completo: para los guardianes chinos de la moral, una historia de amor gay en la pantalla es inimaginable Y, finalmente, se ha considerado inaceptable que la actriz china Zhou Xun sea vista desnuda y haciendo el amor. Total, que el filme ha pasado de unos mastodónticos 169 minutos a poco más de dos horas y diez.

Podemos decir que esto es lo último que le faltaba a El Atlas de las nubes, una película a la cual los críticos del mundo aún no han decidido si consideran estimable o si odian a muerte. Pero también nos ha recordado que Hollywood está más dispuesto que nunca a inclinarse ante la censura en China. Porque el país asiático reune dos aspectos muy espinosos: es uno de los mayores mercados potenciales para la industria de EE UU, y posee unas leyes de lo más proteccionistas sobre cuotas de pantalla, permitiendo sólo unos pocos estrenos extranjeros al año. Así pues, aquí reunimos los momentos más espectaculares en los que Hollywood se ha inclinado ante sus normas.

Razón de la censura: Según los censores, la segunda aventura de Lara Croft (Angelina Jolie) podía dar a entender a sus espectadores que en China existen "sociedades secretas".

¿En qué quedó la cosa? Prohibición fulminante. Acostúmbrate a estas palabras, porque las vas a leer muy a menudo...

Razón de la censura: Si has leído la introducción de este informe, seguro que te hueles la tostada. En efecto: el trágico romance de Jake Gyllenhaal y Heath Ledger era demasiado fuerte para el gobierno de China.

¿En qué quedó la cosa? Otra película prohibida habemus. ¿Lo más irónico de todo? Que su director, Ang Lee, es étnicamente chino (nació en Taiwán), y fue aclamado como un héroe cuando ganó el Oscar al Mejor Director.

Razón de la censura: La mala imagen que, según el gobierno chino, arrojaba sobre sus compatriotas la figura de Shao Feng (Chow Yun Fat), rey de los corsarios del Mar Amarillo.

¿En qué quedó la cosa? La tercera aventura de Johnny Depp, Keira Knightley y Orlando Bloom se exhibió en China sin las escenas en las que aparece Sao Feng. Dado que, tomada al pie de la letra, esta medida hubiese convertido al filme en incomprensible, multitud de planos fueron retocados para dejar fuera de campo a Chow Yun Fat.

Razón de la censura: Dos escenas fueron la causa de la discordia: una de ellas, en la que Ethan Hunt masacraba a un grupo de soldados, fue considerada como "insultante", mientras que otra, en la que un grupo de personas jugaba al mahjong junto al lugar en el que Michelle Monaghan está secuestrada, no hizo ninguna gracia tampoco. ¿Por qué? Porque daba a entender que "los chinos se portaban de forma insensible con una rehén". Juramos que no es broma.

¿En qué quedó la cosa? Dado que entre los coproductores del filme figuraba la empresa estatal China Film Co-Production Corp., todo se resolvió con los cortes de rigor.

Razón de la censura: La productora Warner mencionó "diferentes sensibilidades culturales". Ahora bien, muchos indicaron que (aparte de cierto secuestro perpetrado por Batmanen Hong Kong), todo se debía a la presencia en el filme de Edison Chen, una estrella del pop que había estado implicada en un escándalo sexual.

¿En qué quedó la cosa? Warner ni siquiera sometió la película a la revisión de los censores, prefiriendo no estrenarla en China. Total, para qué molestarse. Por lo visto, el filme batió récords de descargas ilegales en el país tras anunciarse la decisión.

Razón de la censura: En realidad, más allá de alguna lectura política salida de madre, el gobierno chino no tenía nada en contra del filme de James Cameron. Ahora bien: cuando este batió récords de taquilla, obstaculizando la carrera de la producción nacional Confucio, cambiaron las tornas.

¿En qué quedó la cosa? La versión 2D de Avatar fue retirada de los cines en China por orden gubernativa. Eso sí, la popularidad del filme en el país asiático llegó a las cotas suficientes como para que una montaña del parque natural de Wulingyuan fuese rebautizada en su honor.

Razón de la censura: El remake del clásico ultrafacha de John Milius contaba una hipotética invasión de EE UU por parte de China. Pero cuando los productores le vieron las orejas al lobo, se acordaron de que habían tenido que retrasar el estreno tres años (cosas de la quiebra de MGM) y vieron que no era plan.

¿En qué quedó la cosa? Ojo, lectores, porque aquí no estamos hablando de un corte, ni de una prohibición, ni de un cambio en los diálogos. Estamos hablando de una alteración de la película entera. A fin de salvaguardar un posible estreno chino, los productores de Amanecer rojo retocaron digitalmente todos los planos que hizo falta para cambiar de villanos. ¿El nuevo enemigo? Pues nada menos que Corea del Norte.

Razón de la censura: Sí, lectores, otra vez tenemos a James Cameron por aquí. Resulta que, aunque su película marítima es muy querida en el gigante asiático, los censores decidieron eliminar la imagen de Kate Winslet desnuda de su relanzamiento estereoscópico. El motivo: "El realismo de la escena es tal que algunos espectadores podrían intentar palpar a la actriz".

¿En qué quedó la cosa? Pues en un cortecito de nada. Y en un éxito de taquilla mastodóntico: China fue el país en el cual la versión 3D de Titanic logró una mayor recaudación.

Razón de la censura: Estamos seguros, visto lo visto en este artículo, de que a más de un oficial chino le encantaría disponer de un neuralizador para borrar los recuerdos de sus compatriotas. Ahora bien, cuando Will Smith y Tommy Lee Jones le aplican el cacharro a un grupo de estadounidenses de origen asiático, la cosa se convierte en un comentario sobre el bloqueo de páginas web. Según la opinión de los censores, claro.

¿En qué quedó la cosa? Pues en trece minutos de película cortados del montaje. ¿Qué opinaría de esto el Agente K?

Razón de la censura: Será por los rencores de la Guerra Fría (¿adivinas de qué nacionalidad era el Dr. No?) o, más bien, por menciones a asuntos desagradables como la prostitución y los contundentes métodos de sus servicios secretos, vía Javier Bardem. El caso es que James Bond tampoco se libró de las tijeras.

¿En qué quedó la cosa? Algunas escenas fueron cortadas, y cierto diálogo entre Daniel Craig y Bérenice Marlohe fue alterado sustancialmente en el doblaje. Como ya hemos visto, todo vale a la hora de conservar al público del país más poblado de la Tierra.