La princesa Leia no quiere trabajar gratis

Tras 'Star Wars', Carrie Fisher se convirtió en una respetadísima experta en guiones... para retirarse cuando los estudios dejaron de pagar a los 'script doctors'.
La princesa Leia no quiere trabajar gratis
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Como hacer leña del árbol caído es un pasatiempo demasiado fácil, hay cinéfilos que disfrutan recordando el destino aciago (o eso dicen) de algunos actores de Star Wars. Según suelen rezar los comentarios, mientras que Harrison Ford se forró el riñón usando a Han Solo (un personaje que, según otros rumores, detesta profundamente) como trampolín a la fama, Mark Hamill Carrie Fisher pasaron las de Caín por culpa de la saga galáctica, entre las depresiones y la mala pata como actor del primero y los problemas con las drogas de la segunda. Según esta escuela de pensamiento, Star Wars: El despertar de la Fuerza no les habría sacado a ambos de la indigencia, pero casi.

Lo que suelen olvidar estas malas lenguas es que ninguno de los dos intérpretes llora demasiado por su destino: así, Hamill le ha sacado mucho partido a sus talentos como actor de voz en el terreno de la animación (sus trabajos como Joker quitan el hipo), mientras que Fisher salió del pozo agarrándose a una máquina de escribir. Así, además de haber firmado varios libros de memorias descacharrantes (el más famoso, Postales desde el filo, fue adaptado al cine en 1990) y de haber sido guionista en varias galas de los Oscar, Fisher llegó a los 90 convertida en uno de los script doctors más respetados de Hollywood. Es decir, en una de esas personas que arreglan libretos ajenos sugiriendo diálogos, enmendando estructuras liosas o, directamente, reescribiéndolos. Ahora bien: allá por 2006, la intérprete de la princesa Leia dejó este trabajo que le había hecho ganar dinero a espuertas. ¿Por qué?

Pues, aunque alguno se relama ya imaginando una historia sórdida, Fisher se apeó de ese tren por una razón muy sencilla: porque los estudios no le pagaban por su trabajo. En un artículo que recuerda la carrera como escritora de Fisher, The Mary Sue rescata una entrevista de 2008 con Newsweek donde la actriz dejaba caer una verdad desagradable. Si, durante muchos años, los estudios valoraban a los script doctors (una carrera en la que Joss Whedon Aaron Sorkin, entre otros, se ganaron su reputación), el sistema vigente ahora exige que uno le mande sus indicaciones a la productora por adelantado, sin que haya ninguna relación laboral. Con lo cual, las majors pueden quedarse con el trabajo y lavarse las manos después, sin soltar un céntimo. "Yo lo llamo 'trabajar gratis", señaló Carrie Fisher con su ironía habitual. "O, en otras palabras, desperdiciar tu vida".

Cabe recordar que la carrera de Fisher como ajustadora de guiones no es ninguna tontería. Buena parte del éxito de Sister Act, Arma letal 3 El chico ideal puede achacarse a sus ideas, sin las cuales otras películas menos triunfales como Hook hubieran sido bastante peor acogidas en su momento. Y eso por no mencionar el rumor según el cual los diálogos de la primera trilogía de Star Wars se beneficiaron muchas veces de su talento. ¿Lo peor de todo? Carrie Fisher no aparece en los créditos de ninguno de esos filmes, puesto que los script doctors trabajan (o trabajaban, visto lo visto) casi siempre en la sombra.

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