La BSO de 'Trainspotting', canción a canción

¿Recuerdas cuando Blur eran lo más y el 'Born Slippy' arrasaba en las discotecas? Un recorrido por la BSO que puso al brit pop en el mapa
La BSO de 'Trainspotting', canción a canción
La BSO de 'Trainspotting', canción a canción
La BSO de 'Trainspotting', canción a canción

800.000 libras: eso costó reunir los derechos de la BSO de Trainspotting. A fin de ilustrar con canciones las andanzas del yonqui Mark Renton (Ewan McGregor) y su lamentable pandilla, el director Danny Boyle decidió tirar la casa por la ventana, y gastarse sólo en música una cantidad que casi igualaba al presupuesto total del filme: si la prensa le apodaba "el Tarantino británico", él no iba a conformarse con una colección de temas menos apabullante que la de Pulp Fiction. ¿Salió bien la jugada? Rotundamente, sí: tal vez aquel CD con la portada blanca, negra y naranja no fuese el disco más vendido de 1996, pero sí fue, durante al menos un par de años, un distintivo de molonez y de estar al día, tanto en lo cinematográfico como en lo sonoro.

¿A qué se debió semejante fenómeno? Pues a un cúmulo de circunstancias, tanto sociales como empresariales y artísticas. Trainspotting, el disco, no sólo se benefició del del revuelo mediático creado por el filme: también llegó a las tiendas en pleno auge de los soundtrack albums, esos elepés dedicados a recopilar temas que, en muchos casos, ni siquiera figuraban en la película de turno. Asimismo, Boyle también supo aprovechar bien la eclosión del brit pop. De la misma manera que su cinta aspiraba a poner de nuevo a Gran Bretaña en el mapa del cine enrollado, la BSO reuniría a aquellos grupos que se lanzaban a reconquistar el mundo tras media década copada por el grunge.

Así pues, podemos decir que la banda sonora de Trainspotting hizo tanta historia como el propio filme. Y, ahora que T2 Trainspotting llega para devolvernos a estos mismos inútiles (con menos picotazos en las venas, pero igual de desastrosos) es un buen momento para desempolvar el álbum y recordar aquellos años en los que unas Adidas y una camiseta a rayas eran lo más in. O para llevarte las manos a la cabeza y preguntarte en qué pensaba tu padre cuando escuchaba aquello…

Iggy Pop - Lust for Life

La escena: Pues qué vamos a decir. Bueno, sí: "Elige una vida, elige un trabajo, elige una carrera, elige una familia, elige un televisor grande que te cagas…". Para muchos, escuchar esta canción y oír a la vez el soliloquio de ese Mark Renton fugitivo es una y la misma cosa.

La canción: Seguramente, el tema que resucitó la carrera del ex cantante de The Stooges cuando este la empleó para abrir su album homónimo de 1977. La música, todo sea dicho, no lleva la firma de Iggy, sino la de un tal David Bowie, que también produjo el disco y con quien, por entonces, el músico de Detroit compartía residencia en Berlín. Lo más irónico: tanto Pop como Bowie se habían desplazado a la capital alemana para desengancharse de la cocaína y la heroína, respectivamente.

Brian Eno - Deep Blue Day 

La escena: Tal vez las armonías de este tema resulten celestiales, pero, lo que es a nosotros, nos evocan las pestilentes (y profundas) aguas de "el peor lavabo de Escocia".

La canción: Danny Boyle debe tenerle querencia a esta pieza de ambient etéreo y sintético, puesto que volvería a emplearla en 28 semanas después. Curiosamente, tanto Deep Blue Day como el resto del álbum que la contiene (Apollo: Atmospheres and Soundtracks) fueron compuestos para la BSO de For All Mankind (1989), un documental sobre la exploración espacial.

Primal Scream - Trainspotting

La escena: Aunque fue uno de los pocos temas compuestos ex profeso para el filme, Trainspotting no está asociado a ningún momento especialmente memorable del mismo. Más bien, Boyle usó la pieza como sonido ambiental en varios puntos del metraje.

La canción: Si Bobby Gillespie y su banda no existieran, esta BSO habría tenido que inventarlos. Básicamente, porque son tan escoceses (de Glasgow, eso sí) y tan yonquis como Renton y sus colegas. Inmersa, por entonces, en una etapa ecléctica donde las hubiera, la banda se marcó estos 10 minutos de dub mutante que acabaron incluidos en Vanishing Point, su elepé de 1997. El videoclip de Kowalski, el tema estrella de dicho disco, contó con un guión escrito por el escritor Irvine Welsh, autor literario de todo esto.

Sleeper - Atomic

La escena: Nada más sonar el riff de guitarra de esta canción, Mark Renton y el público asisten atónitos a la aparición de una Diane (Kelly MacDonald) con vestido rosa de lentejuelas. Y a los padecimientos de Spud (Ewan Bremmer) mientras su novia intenta aplicar los consejos sexuales aprendidos en el Cosmopolitan. Y, por último, también a ese momento hilarante (pero, a la larga, trágico) motivado por el cambiazo de un vídeo porno casero y una cinta VHS con el gol de Archie Gemmill contra la selección holandesa en 1978. Efectivamente: esta canción va de sexo. ¿O era de heroína?

La canción: En la BSO de Trainspotting se colaron muchas bandas legendarias… y, también, más de una que gozó de sus circunstanciales 15 minutos de fama gracias a la moda del brit pop. Tal es el caso de Sleeper: el grupo de Louise Wener, que vivía por entonces su momento de gloria comercial, acabaría cayendo en el olvido poco después, y sólo se hizo un hueco en la película interpretando una versión de los neoyorquinos Blondie. 

New Order - Temptation

La escena: Tras la exaltación copulatoria, el bajón de la mañana siguiente… y el terrible descubrimiento de que esa chica tan sexy es una menor de edad, y que vas a tener que enfrentarte a sus padres durante un tensísimo desayuno. Más adelante, volvemos a oír la letra de Temptation, recitada por una Diane fantasmal durante el agonizante síndrome de abstinencia de Renton.

La canción: Recién resurgido de las cenizas de Joy Divison, el cuarteto de Manchester grabó esta pionera fusión de guitarras y electrónica en 1982, con una letra que describe lo difícil (pero satisfactorio) que resulta ligar con alguien cuando uno va drogado hasta las cejas en una discoteca. Eso sí: la versión usada por Danny Boyle no es la original, sino una regrabación (más pulida, menos aventurera) lanzada por los propios New Order en 1987 e incluida en su recopilatorio Substance. 

Iggy Pop - Nightclubbing

La escena: Los chutes se suceden, el dinero escasea y, encima, el pesado de Sick Boy (Jonny Lee Miller) no para de hablar de James Bond. La rutina del yonqui puede volverse asfixiante, y lo que viene a romperla es la muerte de un bebé…

La canción: Aunque su adaptación al cine haya quedado como una de las películas noventeras por antonomasia, Trainspotting (la novela) está ambientada a mediados de los 80. Algo que dejó ciertos resquicios en el filme, como la afición de los protagonistas por la música de Iggy Pop: puedes encontrar esta lóbrega canción en The Idiot, un álbum de 1977 también realizado en colaboración con David Bowie.

Blur - Sing

La escena: Aquí tenemos un buen ejemplo del poder de la música en el cine: mientras que, con Lust for Life de fondo, la carrera de Renton huyendo de la policía resultaba pletórica de adrenalina, a los sones de este tema tan melancólico se nos aparece como un momento de derrota total. ¿Cuál de las dos visiones es la correcta?

La canción: Cuando Blur publicaron su debut Leisure (1991), la prensa musical británica los puso a parir, considerándolos unos pobres émulos de los Stone Roses y unos posturitas que iban de londinenses por la vida cuando, en realidad, eran de Colchester. Dichas invectivas no carecían de razón, pero, en canciones como esta, se intuía que la banda de Damon Albarn tenía la personalidad suficiente como para sobreponerse al marasmo brit pop.

Lou Reed - Perfect Day

La escena: ¿Será la mezcla de la metadona con la heroína extrafuerte proporcionada por la Madre Superiora (Peter Mullan)? ¿O será, sencillamente, que a Mark Renton se le han ido las ganas de vivir? Vete a saber: lo único cierto es que el resultado es una sobredosis de padre y muy señor mío, escenificada por Boyle con esa legendaria alfombra que se hunde.

La canción: Siempre cenizo, el ex líder de The Velvet Underground le coló un órdago de aúpa a su público con este tema. Mucho hablar de cómo mola ir juntos al zoo de Nueva York y a Central Park a beber sangría… y resulta que el verdadero tema de la letra es el alivio que da tener una buena provisión de caballo con la que mantener alejado al mono. Busca la canción en Transformer, el legendario disco de Reed publicado en 1972. El cual, fíjate tú, también lleva la firma de David Bowie como productor.

Pulp - Mile End

La escena: Ansioso por dejar atrás su pasado, Renton se instala en Londres y consigue un trabajo medio potable como agente inmobiliario. ¿Qué es lo peor que le puede pasar? Exacto: que Begbie (Robert Carlyle) se le apalanque en casa.

La canción: Con permiso de Blur y unos Oasis del todo ausentes aquí, el grupo que más lo petaba en el Reino Unido en 1996 eran unos Pulp pletóricos tras el éxito del sencillo Common People y el álbum Different Class. Sólo un sujeto tan cínico como Jarvis Cocker podría haberle adjudicado una melodía tan pimpante como esta (cara B del single Something Changed) a una letra sobre instalarse de okupa en el piso más mugriento de uno de los distritos más chungos de Londres.

Bedrock feat. KYO - For What You Dream Of

La escena: La música amansa a las fieras, y el MDMA, no digamos. Así pues, Renton se lleva a Begbie de fiesta por la efervescente escena clubber de Londres, a ver si así se le bajan los humos. Pero ya se sabe: "En el futuro, no habrá ni mujeres ni hombres, sólo gilipollas". 

La canción: Además de ponerse en toda la pomada del brit pop, la BSO de Trainspotting tenía que hacerse eco de otra moda muy de los 90: la popularización de la electrónica bailable o, como se decía entonces en horrísona expresión, el "techno inteligente". Este tema, obra de un dúo de productores con cierta fama en la escena, es la muestra menos relevante de esa tendencia.

Elastica - 2:1

La escena: ¿Hay algo peor que tener a Begbie como huésped permanente en tu piso? Sí, lo hay: tener que compartir casa, cama y fish and chips con él y con Sick Boy. Normal que Renton les busque un apaño en un inmueble de alquiler… y que la cosa acabe, más o menos, como en La comunidad.

La canción: De entre todos los grupos de brit pop, Elastica estuvieron entre los primeros en hacerse famosos, y también fueron de los que más antipatía crearon entre el público y la crítica. ¿Los motivos? Lo subidita que se mostraba siempre la cantante Justine Frischmann, y su tendencia a 'tomar prestadas' melodías y ritmos de otras bandas. Esta canción, sin ir más lejos, tiene más de una deuda con el estilo de los clásicos Wire.

Leftfield - A Final Hit

La escena: Tras el mal trago del funeral de Tommy (Kevin McKidd), a la banda se le presenta la posibilidad de salir de pobres mediante un trapicheo de heroína. Y, aunque Renton está presuntamente desenganchado, le toca probar la calidad del género mediante un último chute...

La canción: En 1995, con el álbum Leftism, el dúo de Neil Barnes Paul Daley fue uno de aquellos proyectos de música electrónica que consiguieron interesar a un público naturalmente rockero, el mismo que se dejaba tentar por The Prodigy y los Chemical Brothers. Esta pieza, compuesta para la película, es un buen ejemplo de ello.

Underworld - Born Slippy (NUXX)

La escena: ¿Amistad? ¿Lealtad? Mark Renton ya se ha olvidado de qué son esas cosas. Y, con unos amigos como los suyos, casi que lo entendemos. De modo que, con una bolsa repleta de libras esterlinas tentadoramente a mano, es natural que haga lo que hace, y que nos enseñe la moraleja definitiva de Trainspotting: eso de elegir la vida es fácil… cuando uno tiene mucho dinero.

La canción: Por cosas de la distribución discográfica, muchos de quienes compraron la BSO de Trainspotting en su día lo hicieron para hacerse con esta pieza, anteriormente sólo disponible en formato maxi. Debido a ello, el proyecto de Karl Hyde Rick Smith (dos supervivientes del tecnopop de los 80 reciclados en maestros del baile) saltó al estrellato, y las discotecas se llenaron de multitudes coreando lo de "Drive boy dog boy dirty numb angel boy" antes del chorreón de bajo y bombo. El motivo detrás de todo ello: que Boyle había usado el álbum de Underworld Dubnobasswithmyheadman como banda sonora provisional durante el montaje de la película.

Damon Albarn - Closet Romantic

La escena: Aunque sea un maldito bastardo, Renton tiene un último acto de generosidad antes de cerrar la historia. Y, tras presenciarlo, nos quedamos con unos estilosos créditos en blanco y negro.

La canción: El líder de Blur gustaba a veces de insertar instrumentales con aire sixties en los elepés de su banda. Esta breve pieza, cedida a Danny Boyle para ilustrar el final de su cinta, podría haber cumplido ese rol en Modern Life is Rubbish Parklife sin demasiados problemas. El recitado de los últimos compases, a cargo del propio Albarn, consiste en los títulos de los filmes de James Bond protagonizados por Sean Connery: se ve que al rubiales le cae bien Sick Boy.

Y después...

El gran éxito de Trainspotting en cines se vio reforzado por el triunfo de su banda sonora. De modo que, a fin de seguir aprovechando el tirón, EMI lanzó en 2007 Trainspotting #2. Un disco que tentó a bastantes incautos, pero que, en realidad, era un refrito de temas empleados en el filme, pero que no llegaron al álbum naranja (la ochentera Temptation de Heaven 17) junto a otros que jamás habían ilustrado las andanzas de Renton y compañía. Y, para redondear los beneficios, otra remezcla de Born Slippy.

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