[Gijón 2015] Días 3 y 4: Studio Ghibli se despide y la Sección Oficial topa con baches

Animaficx cobra protagonismo en dos jornadas en las que ha habido espacio para todo, incluyendo algún bodrio.
[Gijón 2015] Días 3 y 4: Studio Ghibli se despide y la Sección Oficial topa con baches
[Gijón 2015] Días 3 y 4: Studio Ghibli se despide y la Sección Oficial topa con baches
[Gijón 2015] Días 3 y 4: Studio Ghibli se despide y la Sección Oficial topa con baches

¿De qué se habla hoy en Gijón? De todo un poco, pero sobre todo, de la Sección Oficial a concurso. Generalmente en Gijón suele arrancar de forma tibia, pero los primeros días siempre hay espacio para topar con alguna película que guste más o menos a todo el mundo. En este perfil quizá encajaba Nasty Baby, eso sí; pero es que llevamos dos días en los que lo que nos espera en salas son auténticas atrocidades. Pero de eso hablaremos a continuación, veréis... Por el lado contrario, dos secciones como Animaficx (que jamás falla) y Convergencias están llevándose los mayores elogios y se saldan con llenos de público. Esto último es algo común, todo sea dicho: habiendo pasado el fin de semana, el lunes ha sido un día con cines repletos de gente interesada en la programación. Y eso es digno de celebrarse.

¿Qué hemos visto? El gran acontecimiento del festival, al menos para un servidor, era la oportunidad de poner broche de oro a la trayectoria del legendario Studio Ghibli en su hábitat natural: una sala de cine. Y con When Marnie Was There de Hiromasa Yonebayashi (Arriety, 2010) el deseo se ha cumplido. La película se estrenó en Japón en 2014, hizo números discretos en taquilla y ha estado ausente de toda la carrera festivalera hasta que por fin aquí se ha podido ver, y aunque duela decirlo, decepciona un poco porque llegado cierto momento hace algo que ningún otro film de Ghibli había hecho jamás: tomar al espectador por tonto. Son sólo dos minutos de más de cien y el resto son realmente hermosos; pero sabe mal la sobreexplicación argumental para asegurarse de que no has tenido los ojos cerrados el resto del metraje. Pequeño punto negativo al margen, es una cinta tierna, algo cursi y sensible(ra), pero que sabe recompensarte si entras en su juego. Animada con la tradicional artesanía del estudio y creando a un par de personajes principales memorables, es todo un placer encontrarse algo asÌ en una pantalla grande, tan hermoso y sensorial a todos los niveles.

Sin embargo, la vida puede dar sorpresas, y el cine sabe cómo replicar eso. Un día después de Ghibli hemos topado con Tout en haut du monde (Long Way North) de Rémi Chayé, la que es desde ya la frontrunner a mejor film de animación europeo del año, un trabajo extraordinario que construye un reparto de personajes interesantísimo -su protagonista, directamente es memorable, y muy 'de Ghibli', por cierto- y que recibió el premio de la audiencia en Annecy. No sorprende porque visualmente está en otra liga, con un trabajo en el encuadre bastante por encima de la media y un uso de los colores prodigioso. ¿De qué va? Pues de una joven de clase alta que decide embarcarse en una aventura para localizar a su abuelo en el Ártico. Es cine de altos vuelos, que no reinventa la rueda en términos de estructura narrativa pero que por su buen uso de la música, el comentado trabajo visual (y no hablamos sólo de ilustración, también de cómo está animada) y otra serie de ingredientes pasa a ser realmente memorable. No me atreverÌa a decir que estemos ante un 'clásico instantáneo' (algo que sí dije, y mantengo, de La canción del mar) pero si no fuera porque este año Pixar (Del revés) y Charlie Kaufman (Anomalisa) han producido dos piezas exquisitas, Tout en haut du monde sería el mejor film de animación del año. Ojalá una distribuidora se atreva a traerla comercialmente a nuestro país.

Seguimos con Animaficx, de forma más breve: Phantom Boy de Alain Gagnol y Jean-Loup Felicioli plantean un policiaco atípico en el que un detective forma equipo con un niño enfermo que es capaz de proyectar su espÌritu fuera de su cuerpo para desplazarse por la ciudad. La premisa es curiosa pero el desarrollo es bastante soso y esquemático, y lo cierto es que tampoco sorprende en ningún apartado, al contrario de lo que sí ocurría con su fllm anterior (Un gato en París) y especialmente con los cortos donde se dieron a conocer. Una pequeña decepción. Lo mismo ocurre, aunque por motivos muy diferentes, con Extraordinary Tales de Raúl García, un trabajo formado por cinco cortometrajes que adaptan de forma muy personal relatos de Edgar Allan Poe como El pozo y el péndulo o El corazón delator. Tres de los cinco presentes ya existÌan de forma independiente y sólo dos del total son realmente nuevos, siendo el mejor de todos el que lleva a imágenes, realmente sugerentes, La máscara de la muerte roja. No se le puede negar el mérito al director, pero lo cierto es que aún notándose que es un trabajo pasional los cortos no consiguen estar a la altura del material original por cierto esquematismo a la hora de pasar las maravillosas líneas de Poe a la animación por ordenador. A los fans de Poe les encantará, eso sí.

Para cerrar la crónica, pasamos a la Sección Oficial con Taklub, de Brillante Mendoza (director al que el año pasado el festival dedicó una retrospectiva). Decir que es lo peor que llevamos visto de momento igual es algo exagerado, pero es lo que más molesta teniendo en cuenta que viene de un realizador que no es precisamente nuevo en la industria y que había demostrado ser capaz de cosas realmente buenas. Aquí encontramos un film completamente torpe, que intenta ahondar en el dolor de varios personajes relacionados con el tifón Yolanda y lo que consigue es, a su pesar, una comedia involuntaria repleta de momentos de forzado dramatismo y exageración del gesto. No hay sutileza y cualquier intención de emocionar es echada por tierra con recursos de director novel. Mendoza venía de otro fracaso con su terror de metraje encontrado, Possession, que fue acribillada en festivales como Sitges en 2013. Taklub no va a tener mucha mejor suerte; y no la merece. Intenciones al margen, y juzgando sólo el resultado: es demencial.

¿Qué nos hemos perdido? Neon Bull, de la Sección Oficial, que hemos tenido que posponer unos días. Y alguna otra que ya será imposible recuperar como Je suis un soldat; siempre hay alguna baja en estos festivales. No se puede ver todo.

Termómetro: Mantenemos en la quiniela a Nasty Baby y de lo visto en los últimos dos días, apenas añadimos un nombre al posible palmarés: Nora Aunor como mejor actriz por Taklub. La película es atroz, pero ella, dentro de los límites que le permite su papel, sale muy bien parada.

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