En el 'Skyfall' que nunca vimos, James Bond mataba a M

Si el guionista Peter Morgan ('The Queen') se hubiera salido con la suya, la película más aclamada de 007 hubiera sido mucho más cruel.
En el 'Skyfall' que nunca vimos, James Bond mataba a M
En el 'Skyfall' que nunca vimos, James Bond mataba a M
En el 'Skyfall' que nunca vimos, James Bond mataba a M

A estas alturas, y aunque Spectre haya dejado fríos a unos cuantos fans, está claro que el fichaje de Sam Mendes para la saga de James Bond fue todo un acierto. ¿Por qué? Pues por Skyfallcon un villano formidable (Javier Bardem, ¿hace falta recordarlo?), un Daniel Craig más torvo que nunca como 007 y una reivindicación por todo lo alto de los clásicos de la saga, el filme de 2012 resultó una celebración estupenda de los 50 años del superagente en el cine, así como [SPOILERS] una despedida por todo lo alto para la de Judi Dench [/SPOILERS]. Ahora bien: de haber mantenido la película su primer guion, esa despedida hubiera tenido lugar en términos muy distintos a los que vimos en la pantalla.

Según explica The Playlist, esta versión tan diferente llevaba por título Once Upon A Spy (Érase una vez un espía), y su guion estaba firmado nada menos que por Peter Morgan, el autor literario de The Queen El desafío (Frost contra Nixon). Fichado por los productores debido a su obvio prestigio (y a sus dos nominaciones al Oscar), el escritor inglés decidió darle una vuelta de tuerca al tono sombrío de la franquicia en los últimos años, a base de unos cuántos giros argumentales de mucha traca. Porque, si en Skyfall tanto Bond como el pérfido Raoul Silva consideraban a M como su madre simbólica, el villano del Once Upon A Spy era el auténtico hijo del personaje de Judi Dench.

El guion de Morgan comenzaba con un flashback en el que una joven M tenía una aventurilla con una espía del bando contrario en el Berlín de la Guerra Fría. Dicho romance terminaba con un embarazo no desead0. Treinta años más tarde, el hijo de M se enfrentaba a su madre, con básicamente las mismas intenciones que el Bardem de Skyfall: vengarse de ella destruyendo el MI6. Tras las peripecias de rigor, Bond acababa "obligado" (no sabemos en qué términos) a matar a su jefa.

De acuerdo con Robert Wade (uno de los guionistas de cabecera de la saga Bond, junto a Neal Purvis y John Logan), Morgan estaba empeñado en darle un tono aún más realista al serial, inspirándose en la obra de John Le Carré (El topo). Un escritor que, todo sea dicho, nunca ha podido ver a 007 ni en pintura: por algo será. Por supuesto, ni los productores ni Sam Mendes estuvieron de acuerdo con una reformulación tan drástica, con lo que Wade, Purvis y Logan se pusieron manos a la obra con un libreto titulado provisionalmente Nothing Lasts Forever, que terminó resultando en la película que todos conocemos y amamos. La historia, en todo caso, es muy curiosa, y se añade a esas múltiples realidades alternativas de James Bond.

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