El enigma de 'El árbol de la vida': muchos la odian, pero triunfa en taquilla

"Parece una película de los Testigos de Jehová", "Esto no es cine", "Gafapastismo máximo", "Entramos 200 en la sala y salimos menos de 100", "Úsala para castigar a tu hijo", "No se la recomiendo ni a Zapatero"... Todas estas invectivas, recopiladas por CINEMANÍA en webs como Meristation, Forocoches y Filmaffinity, van destinadas a una sola película: El árbol de la vida. Sí, hablamos de esa película que, tras ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2010, se ha aupado al número 1 de la taquilla española, recaudando más de un millón de euros en su primera semana en cartelera. Es decir: nos hallamos ante una cinta que provoca odios (muchos) y pasiones aún más fuertes... Y encontradas.

Lo cierto es que el éxito de El árbol de la vida es un pequeño enigma. Estamos ante la última obra de un director con fama de eremita, de inaccesible y de divagador profesional. Un tipo cuyo nombre apenas circula entre aquellos no especialmente cinéfilos, y cuyos filmes más 'convencionales' (Malas tierras, por ejemplo) pueden dejar a muchos con la boca torcida. Sin embargo, ha recaudado más que Cómo acabar con tu jefe. En CINEMANÍA ya hemos expresado muchas opiniones sobre la calidad de película, bien en forma de crítica, bien en forma de crónica, y como para nosotros este filme merece igual tratamiento a priori que uno de Michael Bay (los resultados creativos son otra historia), dedicamos unas líneas a preguntarnos por qué Terrence Malick, sus dinosaurios y Brad Pitt han devorado la taquilla pese al odio de muchos. ¿Logrará repetir sus buenas cifras en su segundo fin de semana?

Las cosas como son: El árbol de la vida ha sido lanzada aquí por una gran distribuidora (Tripictures, la misma de Cartas a Julieta, The Fighter y En tiempo de brujas), cuenta con estrellas de renombre en sus créditos y, lo más importante, ha tenido acceso a una campaña mediática que pocas películas 'raritas' pueden permitirse, aunque lo merezcan. Seguimiento de sus primeras imágenes, de su primer tráiler, su trofeo en Cannes abriéndose paso hasta los informativos de TV... Para culminar en un estreno en 162 salas, incluyendo tanto copias en versión doblada como en VO. Tengamos esto claro desde el principio: de no contar con el respaldo de una empresa potente, o de haber llegado a España de manos de una compañía especializada en estrenos 'de autor' en versión original subtitulada, El árbol de la vida habría cosechado cifras muy inferiores.

Un dato: Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas, la anterior ganadora de la Palma de Oro, recaudó en España unos magros 82.083 euros y fue vista por algo más de 12.000 espectadores. La cinta blanca, ganadora en 2009, cosechó casi 1.800.000 euros en su periplo comercial, con 284.000 cinéfilos que pasaron por taquilla. Y eso, durante toda su permanencia en salas españolas (datos del Ministerio de Cultura). En cambio, Fahrenheit 9-11 de Michael Moore, otra beneficiaria del premio gordo de Cannes (2004) se llevó más de 3,6 millones de euros. Y el acabose llega con Pulp Fiction, el único caso reciente de blockbuster con Palma de Oro: 2,1 millones de espectadores y 6.761.252 euros recaudados. ¿Qué tienen en común estos dos últimos filmes con El árbol de la vida? Exacto: buenas campañas mediáticas, directores reconocibles para el gran público y (salvo en el caso del documental de Moore) repartos estelares. Puede que en la Croisette se decida el futuro artístico del cine, pero su devenir comercial, está claro que "no". Mejor buscamos en otra parte.

Empezó como un niño guapo más... Y ahora es un actorazo en busca de su primer Oscar. Les guste o no a sus detractores, el nombre del señor de Angelina Jolie es un gancho para el gran público, uno de esos actores que aseguran al menos una cosa buena en las películas que protagoniza: su interpretación. ¿Empezó con Se7en o fue con El club de la lucha? ¿Acabamos de convencernos con Quemar después de leer, o con Malditos bastardos? No lo sabemos, pero sí tenemos claro que auteurs estadounidenses como Tarantino y los hermanos Coen se han beneficiado de este magnetismo. Ahora, Terrence Malick también se incluye entre sus agraciado, gracias a haberle proporcionado lo que (casi) todos reconocen como un papel formidable.

Cuando reseñábamos opiniones desfavorables sobre El árbol de la vida en la internet de habla hispana, hicimos un poco de trampa. Y es que, junto a los denuestos de quienes consideran intragable la película, también hay usuarios que la aclaman como una obra "personal, arriesgada y única", "sublime" o "una maravilla que va a gustar a pocos". La proporción entre opiniones positivas y negativas en Filmaffinity, por ejemplo, le otorga un 6,3 sobre 10 de puntuación (casi un empate), mientras que si nos vamos al territorio internacional vemos un 7,3 sobre 10 en iMDB (según votos de los visitantes) y un 64% de opiniones positivas entre la comunidad de Rotten Tomatoes (no según sus críticos), sitios ambos en los que las invectivas contra ella son legión. ¿Serán todos estos admiradores estudiantes de cine, o eruditos del Séptimo Arte? Creemos que no. Y de aquí extrapolamos una conclusión: la fama de 'rara' de El árbol de la vida, que ha llevado a algunos cines a advertir de su naturaleza poco ortodoxa mediante folletos explicativos, puede ser un acicate para algunos. A diferencia de lo que muchos (demasiados) creen, los cinéfilos de a pie que no vacilan ante las sorpresas y los desafíos existen. Y son legión.

Remitiéndonos de nuevo al Ministerio de Cultura, vemos que El nuevo mundo (2005), la anterior película del director texano, se llevó 1,9 millones de euros en las carteleras españolas, con 376.356 espectadores. La delgada línea roja, de 1998, había alcanzado los 3,6 millones de euros, con cerca de un millón de espectadores. ¿Es mucho suponer que, entre todo ese contingente, el nombre de Malick se quedase en la memoria de más de un espectador? Es probable. Pero otra historia muy diferente es que a dichos espectadores les quedasen ganas de repetir.

Creemos sinceramente que aquí reside el quid de la cuestión. Porque, para empezar, un tipo que adora Zoolander y que tiene los redaños para tomarle el pelo a Sean Penn, tonto no debe ser. Y menos aún habiendo ejercido como profe de filosofía... Y habiendo obtenido resultados comerciales más que aceptables con películas de muy difícil catalogación. Por lo pronto, podemos apreciar ciertas constantes financieras en la filmografía de Malick: a diferencia de otros auteurs que prefieren trabajar con actores no profesionales, o con rostros desconocidos, nuestro hombre siempre ha empleado a estrellas de Hollywood (Martin Sheen, Richard Gere, Colin Farrell, por citar sólo unos pocos), sin cortarse para nada en usar sus nombres como ganchos comerciales... Aunque luego, como recordarán aquellos que vieron (o entrevieron) a George Clooney en La delgada línea roja, dichos actores acaben descartados en el montaje. Además, el bueno de Terrence tiene poco de indie, habiéndose apegado a grandes productoras desde el inicio de su carrera. Por cierto, sus nuevos proyectos también se apegan a esta línea: uno, ya rodado pero carente de título, con Javier Bardem, y otro aún en preparación con Christian Bale.

Por lo pronto, El árbol de la vida no sólo está funcionando bien en España: según Box Office Mojo, su taquilla internacional asciende a 29,6 millones de euros. Todo ello para un filme que ha costado 23 millones. ¿Crees que las nuevas películas de Malick, también con estrellas y amparadas por el nombre de un director cada vez más prestigioso, se llevarán menos dinero? Nosotros lo dudamos mucho, y nos repetimos: "¡Qué grande es el cine... y qué raro es a veces!".