'Dunkirk': El día más largo de Christopher Nolan

Tan serio y tan británico como es, Christopher Nolan lleva ya un día y medio faltando a una de las virtudes imprescindibles para todo gentleman. Incluso aunque ese gentleman sea director de cine. Hablamos de la puntualidad: desde ayer martes a las cuatro de la tarde, cuando comenzó la cuenta atrás para su emisión (vía Facebook Live), la espera por el tráiler de Dunkirk se ha prolongado durante 24 horas. Y puede que se prolongue aún más, porque nada garantiza que el avance acabe emitiéndose a las 16.00 de hoy.

Por lo pronto, Nolan puede alardear de otro récord para su historial: el de la emisión en Facebook Live más larga de la historia. En el momento de escribir esto, la retransmisión dura ya 21 horas, durante las cuales la ventana correspondiente ha mostrado distintos planos (captados en tiempo real, eso sí) de la rada de Dunkerque, la ciudad costera del norte de Francia donde, entre mayo y junio de 1940, las fuerzas aliadas fueron, bien evacuadas con destino a Gran Bretaña, bien masacradas por unos nazis aún triunfantes. De Tom Hardy, Cillian Murphy y el resto de intérpretes de la película, ni rastro.

Suponemos que, mostrando el dique de los Aliados, los espigones y otros escenarios de la Operación Dinamo, Nolan habrá querido rendir homenaje al hecho histórico real, a sus víctimas y a sus 330.000 supervivientes (más de los que esperaba salvar el alto mando aliado). Ahora bien: acompañando dichas imágenes con sonidos tales que el latido de un corazón, el tic-tac de un reloj o fragmentos a bajo volumen de la BSO, el director parece estar jugando, directamente, al mosqueo.

Ayer, a la hora anunciada inicialmente para la emisión, el número de usuarios conectados superaba los 2.000. Ahora (13.00 del miércoles) raya en los 265. Y el tono de los comentarios ha pasado de la expectación al aburrimiento... y, de ahí, al puro y duro cabreo ("Son las 5 de la mañana XFABOR"), a lo alucinatorio ("Yo lo veo azul", "No, está verde") o a lo autobiográfico ("Un gato está maullando afuera de mi casa", "Me quedé dormida y no supe ni como"). Por no hablar de aquellos que comentan el stream de la costa francesa ("El que alimentó a las gaviotas es un pendejo"): si Christopher Nolan está haciendo de troll, y esto es en realidad una excusa para enfrentar a su público con un interminable e inmutable plano fijo, hay que decir que está obteniendo un éxito superior a lo que Michael Snow u otros cineastas de vanguardia soñaron jamás.

Ahora bien: Nolan es Nolan, y de minimalista sólo tiene los decorados cuando quiere filmar interiores de gran lujo. Así pues, podemos sospechar que, ahora mismo, está inclinado sobre un monitor, retocando hasta el paroxismo algún detalle nimio de su tráiler... o bien riéndose como un loco y regodeándose en su condición de director-estrella mientras murmura "¡Seguid esperando, pardillos!". No sabemos cuál de las dos opciones nos resulta más inquietante: sólo esperamos que, dentro de tres horas, el maldito tráiler de Dunkirk se emita de una vez.