¿Debería haberse estrenado ‘Extraterrestre’ en internet?

Pese a la expectación, la película de Nacho Vigalondo no ha llegado al 'top 10' de la taquilla española. ¿Es hora de que los directores jóvenes se olviden de las salas y lancen sus películas 'online'? Por YAGO GARCÍA
¿Debería haberse estrenado ‘Extraterrestre’ en internet?
¿Debería haberse estrenado ‘Extraterrestre’ en internet?
¿Debería haberse estrenado ‘Extraterrestre’ en internet?

Tiene un buen guión, una firma candidata al Oscar, interpretaciones memorables y materiales prestados a dos géneros (la ciencia-ficción y la comedia romántica) que son buenos cebos para los espectadores. Sin embargo, Extraterrestre no ha llenado los cines durante su primer fin de semana en cartelera: estrenada con 125 copias en 128 pantallas de toda España, la película con Michelle Jenner, Raúl Cimas y Carlos Areces no ha llegado a situarse en un top 10 de recaudación presidido, una semana más, por la francesa Intocable. La cual, todo hay que decirlo, lleva acumulados 3,4 millones de euros en las taquillas españolas

Si esto fuese un reportaje típico y tópico, ahora tocaría llevarse las manos a la cabeza: ¿cómo es posible que una película made in Spain que ha llamado la atención internacionalmente tenga un resultado económico tirando a flojo? Nosotros creemos que, en el caso de Extraterrestre, dichas preguntas no son muy aplicables: la cinta de Nacho Vigalondo es ya de por sí un intento arriesgado de compaginar el experimento con el atractivo para las mayorías, su bajo presupuesto evita que podamos hablar de un batacazo, y puede convertirse en un sleeper (película que acumula una buena recaudación gracias a una presencia sostenida en cartelera). En CINEMANÍA queremos lanzar un órdago más a la grande: ¿habría sido más rentable Extraterrestre si se hubiese estrenado directamente en internet?

“Otro tipo de cine”Nuestra pregunta puede parecer rara, pero para el analista de taquilla Pau Brunet tiene mucha miga. Este profesional español residente en Los Ángeles considera que Extraterrestre se enmarca en “otro tipo de cine” al que también podrían pertenecer Attack The Block, Scott Pilgrim contra el mundo e incluso Chronicle, la única que ha obtenido cifras aceptables en taquilla. Se trata, según Brunet, de “un cine de fanbase, que despierta el respeto de la crítica y de la comunidad cinéfila, pero sin que esto se traduzca en taquilla o espectadores”. ¿Por qué? Pues, prosigue nuestro experto, porque sus características “lo dejan entre dos aguas para algunos”. “La gente que la conoce entiende las buenas críticas pero no le da un valor como para pagar la entrada. Y en el otro lado, la masa más potente y mainstream no acaba de entender lo que tienen delante”, sentencia. El resultado de todo esto: hay reseñas positivas, hay atención de los medios… Pero las localidades no se venden.

“La repercusión mediática de Extraterrestre ha sido casi opuesta a sus resultados en taquilla”, es lo primero que nos dice el propio Nacho Vigalondo cuando hablamos con él, el lunes posterior al estreno de Extraterrestre. El director cántabro, que sabe mucho de cómo funcionan las cosas del cine, se toma esto con filosofía y humor. “Lo importante no es ‘ganar o no ganar”, dice. Y nos recuerda, jocoso: “Si te pones a preguntar sobre la película española más rentable, algunos te dirán que es Torrente 4, y otros que Tres metros sobre el cielo”. [ACLARACIÓN: Nacho Vigalondo se refería a los rankings de descargas del cine español en internet].

De hecho, y al igual que Pau Brunet, nos plantea el ejemplo de Chronicle, una cinta de gran calidad y atractivo potencial que tampoco ha sido un taquillazo: “Puede que Chronicle no haya encontrado su público porque ese público ha perdido el hábito de ir al cine, debido a la crisis y a otros factores”, nos dice. Y, desde su esquina, Brunet añade una apostilla a esto: “De las películas que he mencionado antes, Chronicle es la única sin una gota de comedia, y la única en lograr cifras decentes”, afirma. “Ante el humor, la broma o la ironía el cine vive un momento complejo para estos filmes: la audiencia es cada vez más adulta y, en especial en Europa, este tipo de humor no se termina de aceptar como valor fuerte”.

Con un precio medio de 6,59 euros por entrada (datos de diciembre de 2011), está claro que Vigalondo tiene razón al afirmar que “el cine en España es un artículo de lujo”. Pero también que “la cinefilia de la gente joven no se va a acabar porque no haya dinero para pagar una butaca”. Pensemos, por otra parte, en esa “gente joven”: gente que no tiene dinero para ir al cine semanalmente, pero que (por razones laborales o personales) pasa el día ante el ordenador y tiene el ADSL echando humo. Para apelar a este público potencial, ¿no sería más rentable estrenar directamente en internet?

“Hay que pulir el modelo”El director de cine Juan Cavestany sabe que la falta de pasta de mucha gente es un impedimento para ir al cine: “Yo mismo he pasado de ir al cine dos o tres veces por semana, a ir una o dos veces al mes”, nos cuenta. De ahí que este director y guionista haya puesto El señor, su última (y estupenda) película, a la disposición del público por el precio de tres euros. ¿Cuáles son las ventajas de esta maniobra? Según el cineasta: “la rapidez, la inmediatez, y el hecho de llegar a todo el mundo al mismo tiempo (en Pamplona, Sevilla, Logroño, EE UU, Austria, Suiza, etcétera)”. Cavestany menciona también otra satisfacción, tanto para el director como para sus espectadores potenciales: “Es algo tan fácil, cotidiano y rápido como bajarse películas ilegalmente, solo que en el fondo debería ser más reconfortante, porque en este caso el dinero no va a terceras personas o a paraísos fiscales”. Para colmo, remacha, “Tampoco hay pop ups de póker, casinos online o porno”.

Según prosigue Cavestany, poner una película en internet tras rodarla es “sencillísimo”, y requiere una infraestructura prácticamente nula. Pero puede presentar un inconveniente cuando tu película tiene mucho éxito: “El exceso de tráfico cuesta mucho dinero. De modo que es una situación financieramente inviable y que jamás será rentable. Si mucha gente se estuviera descargando El señor y fuera un éxito, tendría que pagar yo más”, explica el director. Y sentencia: “Es todo absurdo, sí”.

“Lo mejor de todo es la inmediatez”, comenta el también cineasta Carlos Vermut. Vermut ha ayudado a Juan Cavestany a poner El señor en internet, y está preparando el estreno online de su largometraje Diamond Flash, así que también conoce el percal de primera mano. Según añade, además de las facilidades para la difusión, la difusión digital también pone fuera de juego a los intermediarios, “lo que facilita que propuestas más arriesgadas e independientes puedan ver la luz y no se queden en un cajón por no tener distribución comercial, como sucedía hace menos de cinco años”. Eso sí, advierte Vermut: “aún hay que pulir el modelo de distribución por internet para legitimarlo como algo de primera categoría y no como una solución para ‘esas películas raras que no conseguimos meter en las salas".

Diamond Flash trailer from Psicosoda Films on Vimeo.

Por otra parte, Juan Cavestany nos explica que dada su duración (más cercana al mediometraje), El señor “no hubiera podido tener una vida en cine” a no ser que se hubiera estirado su minutaje, “algo que yo no quería porque la película está bien como está”. Algo en lo que coincide con Nacho Vigalondo: “Esto depende de la película, pero si ruedas con un presupuesto ajustado estrenar en internet te permite salirte de la hora y media, que es una duración impuesta para que las salas hagan tres pases al día”, explica el director de Extraterrestre. Y prosigue: “Podremos difuminar el concepto de ‘largometraje’, ver más películas de 60 minutos y más películas de cuatro horas”.

En beneficio de todosDado lo que nos cuenta Carlos Vermut, acudimos a hablar con aquellos que pueden ser la clave para unos estrenos en internet rentables y populosos: las plataformas de cine digital. En concreto, con Filmin, una empresa que pone a disposición del público series y filmes de estreno a través de su sección Premier y de iniciativas como el Atlántida Film Fest, centrado en películas que no han tenido distribución comercial en pantalla grande. Además, Filmin distribuirá Diamond Flash en VoD. Sin embargo, su directivo José Antonio de Luna no coincide con Carlos Vermut: para De Luna, el principal interés de los estrenos en internet consiste en “facilitar el estreno de contenidos que no encuentran hueco en la cartelera, y ofrecerlos a un precio asequible”.

De Luna, que además de director de negocio de Filmin es socio fundador de la compañía, nos recuerda que su plataforma ya ofreció un estreno online de Tiro en la cabeza (Jaime Rosales, 2008), medida que fue pionera en el cine español. “Se trató de un acuerdo con los exhibidores y el ICAA [Instituto de Cinematografía]”, señala. “Era un momento muy inicial, y se trataba de dar a conocer las bondades del uso legítimo del internet”. Nuestro contacto añade que la exhibición virtual también puede ayudar a películas sin hueco comercial aquí a encontrar distribuidor para los cines en España. Cuando le preguntamos por las ventajas que una política de estrenos internautas puede tener para un canal internauta como el suyo, responde: “Para nosotros, es una forma de diferenciar nuestra oferta, y de consolidarnos frente al espectador”.

Así pues, parece que los cineastas con ánimo internauta y las plataformas de video on demand tienen aún que unificar sus puntos de vista. Pero todos, y eso es lo importante, coinciden en que, como dice Carlos Vermut, “hay una avalancha de cine online por venir”, y que nuestros directores con ánimo más aventurero deben hallar una ventana de exhibición “sencillo, accesible, digno y visible”. Nacho Vigalondo, por su parte, tiene esperanzas de que al final convivan todos los formatos sin comerse el terreno: “Es posible encontrar un equilibrio entre las salas pequeñas, las grandes multisalas y el cine en internet”, dice. Y, abundando más, predice que una diversificación de la oferta llevará “al auge del live cinema, algo que ya practican salas de EE UU como los Alamo Drafthouse de Austin, y que complementan la proyección permitiéndote cenar mientras ves la peli, asistiendo a mesas redondas y exposiciones…”.

Pau Brunet nos recuerda otro ejemplo de live cinema, el practicado por Kevin Smith para Red State: “El director reconoció que su película estaba pensada para un tipo particular de audiencia, no para la masa”, señala. “Ante esto, no había sentido que una gran empresa le metiera un gasto enorme de marketing, para luego tener que generar un dinero igual de enorme a fin de recuperarlo”. El resultado fue un beneficio nada desdeñable de 829.527 euros, que por lo menos darían para pagar el salario de Melissa Leo. Brunet nos recuerda que “La situación actual de la venta legal online en España no es muy espectacular como para animar a más de uno, pero tampoco la presencia en cines” y apuesta por “un modelo nuevo que sí se observa en Estados Unidos es el de estrenar simultáneamente en cines y VoD”.

Basándose en casos como Melancolía o Margin Call, que llegaron simultáneamente a la pantalla grande y a la Red al otro lado del charco, el analista considera que “es una manera lógica de invertir dinero en marketing, explotando dos vías al mismo momento y en este caso haciendo más efectivo todo el conjunto: la gente que ha optado por los cines, es más que probable que no hubiera cambiado su idea de ir a verla, y de estar en online de forma simultánea hubiera sido un elemento para llegar a más espectadores”. En el caso español, sentencia, “Extraterrestre hubiera sido una buena oportunidad para probar otras formas de exhibición”. ¿Una oportunidad perdida?

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