Cine de animación que no deberían ver los niños

La animación es un género dirigido a los más pequeños, pero no todos los dibujos son aptos para menores... Hay que tener cuidado con los traumas infantiles.
Cine de animación que no deberían ver los niños
Cine de animación que no deberían ver los niños
Cine de animación que no deberían ver los niños

El viento se levanta (2014)

Un drama que transcurre en la II Segunda Guerra Mundial nunca va a ser apto para niños. El viento se levanta habla de sueños que no se cumplen –el niño protagonista quiere ser piloto pero no puede por su miopía-, habla de giros inesperados –el niño que no puede ser piloto se convierte en uno de los aeronáuticos más prestigiosos de su país– y también toca el terremoto de Kanto, la Gran Depresión, la tuberculosis –el joven se enamora de otra joven y su historia de amor tendrá el más amargo final que os imaginéis– y la entrada de Japón en la Guerra.

El héroe de cualquier película para niños dejaría de serlo si empezara a colaborar con los nazis. Pero El viento se levanta está por encima de ideales políticos, los grises –como esas manchas que se hospedan en las pupilas cuando el sentido de la vista empieza fallar– son los que nos hacen llorar. El imberbe de 10 años que vaya a ver este filme o se aburrirá como una ostra porque no entenderá nada o se traumatizará. Y no queremos eso.

Ghost in the Shell (1995)

El impacto visual de Ghost in the Shell siempre ha sido exclusivo para los adultos. La historia de esa mujer robot policía que investiga las actividades de un hacker es profunda y poética. Violenta y no vacía de cierto erotismo. La atmósfera cyberpunk lo envuelve todo y el estilo narrativo esta elevado hacia la trascendencia. En cada diálogo o cada imagen hay un discurso moral o filosófico sobre el ser humano y la pérdida de identidad. Dejar que los niños se acerquen a esta obra maestra de la animación es una gran pérdida de tiempo.

Calificación: A partir de 15 años. Ya no por los desnudos o por la violencia, que también, sino porque para aprovechar toda esa filosofía hay que haber pisado, al menos por encima, los inestables terrenos de la adolescencia.

Chico y Rita (2010)

Una apasionada historia de amor, un bolero, sueños rotos y mucho jazz. Tus hijos no son el público de Chico y Rita, una de las mejores películas de Fernando Trueba. Lo serán, quizá, pero no ahora. Ahora siéntate tú en el sofá y disfruta de la sensualidad de la Cuba de los años cuarenta, del jazz de Bebo Valdés y de la historia de amor de Chico y Rita.

Calificación: A partir de los 14. Los seductores bailes de Rita te harán sudar a ti, querido adulto, resérvaselo a tus hijos para más tarde. Hay escenas de cama y violentos giros dramáticos.

Fritz the Cat (1972)

A tus hijos les encanta el Gato Isidoro, Garfield y se ríen muchísimo con Thomas O'Malley. Así que vas de compras y ves una película de dibujos titulada Fritz The Cat. La compras y se la pones en casa. ¡ERROR! Tus hijos se disponen a ver la película de un gato pervertido en busca de sexo salvaje que recorre los barrios más famosos del Nueva York de los 60 para degustar todo tipo de drogas, pegarse con otros animales, fornicar en los lugares menos indicados… Fritz the Cat es un peliculón sí, pero no apto, ni por asomo, para niños.

Calificación: A partir de los 16. Solo entonces uno está preparado para dejarse llevar por Fritz. Antes de esa edad puede ser traumático presenciar tal cantidad de sexo entre especies.

Vals con Bashir (2008)

Por mucho que los dibujos de Vals con Bashir puedan ser de los mejores que se han podido ver en la gran pantalla nunca el trasfondo (ya no la violencia) de la guerra del Líbano será apto para niños. La matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila es el motor de una película bélica de tonos amarillentos y amargos que dan vueltas sobre el conflicto entre Israel y Palestina. Ser testigo o parte de los actos más violentos puede dejarte sin un trozo de memoria. Los niños están muy lejos de disfrutar una película como esta.

Calificación: A partir de los 18 años. No significa que haya que ser mayor de edad para verla. No hablamos de la violencia o de algún que otro desnudo. Es el calado político y el discurso del filme lo que la hacen inalcanzable para niños.

The Fake (2013)

La crueldad de la naturaleza humana no es la mejor forma de despertar a los niños el interés por el cine. Por tanto, aunque parezca que The Fake, mejor película de animación en el Festival de Sitges, pueda ser una buena opción para llevar a tus hijos, no lo es. Porque además de la violencia descarnada los pequeños no van a entender lo cruel de una Iglesia que maneja a su rebaño sin sutilezas.

Calificación: A partir de los 15. Los crímenes, la sangre y la oscuridad de una película que está por encima de muchos de los thrillers de carne y hueso que se entrenan en salas son motivos suficientes para alejar a los chavales de las salas.

Arrugas (2012)

Arrugas, basada en el cómic de Paco Roca es una de las grandes películas de animación de nuestro país. Bastante mejor que la mejor película de animación infantil que se haya esto entre nuestras fronteras. Emilio padece un principio de Alzheimer pero junto a sus compañeros de residencia elaborará un disparatado plan para no acabar en la planta de los desahuciados. Puede parecer divertida, y lo es, en muchas ocasiones. Pero el tono amargo de una película que retrata la vejez de forma tan honesta no es apto para niños pequeños. Es bueno mantener la infancia alejada del sufrimiento. Siempre hay tiempo para llorar.

Calificación: A partir de los 12. Al menos los niños que vean este filme tendrán que ser conscientes de qué es el Alzheimer. Una bonita película para revitalizar el amor por los abuelos pero suficientemente dura para tener que esperar a una edad.

A Scanner Darkly (2006)

Este filme realizado con la técnica de rotoscopiado, dibujar sobre imágenes reales ya filmadas, y basado en la obra homónima de Philip K. Dick retrata un distópico futuro en el que las drogas dominan el mundo (¿No lo hacen ahora?). En A Scanner Darkly hay violencia, sexo y el taciturno rostro de un policía que recibe la orden de espiar a sus amigos. Un thriller de altura con un estilo visual hipnótico que a los niños les encantaría, pero no… no es película para niños.

Calificación: A partir de los 14. Porque a partir de los 14 ya se puede ser consciente de lo que significa el abuso de las drogas, de lo que es la soledad, de las consecuencias de una vida inundada por la soledad…

Heavy Metal (1981)

El origen de los tiempos, el futuro, un universo fantástico y el más allá. Heavy Metal es una película de culto en la que trabajaron más de 1000 dibujantes para adaptar el cómic de Len Blum. Posee una banda sonora mítica. La película tiene pasajes terroríficos, aventuras extrañas en lugares extravagantes, hay mucha violencia y gran cantidad de erotismo. Muchos adultos siguen hoy colgados del sexual personaje llamado Taarna. Vamos, que lo mejor es que la guardes en un lugar inalcanzable para tus hijos, o sobrinos o primos o lo que sea…

Calificación: A parir de los 16. Lo único que le falta a esta película son drogas, pero por lo demás tiene todos los ingredientes para ser una mala influencia para los niños.

Akira (1988)

Es cierto que un par de generaciones seguidas hemos devorado Dragon Ball, Dragon Ball Z, Dragon Ball GT y así sucesivamente. Y lo hemos hecho sin traumatizarnos con sus altos niveles de violencia. Pero Akira es otro asunto. Su retrato de un Neo-Tokio fundado en las ruinas de Tokio tras una guerra nuclear es demasiado crudo. Desempleo, drogas, terrorismo y violencia indiscriminada. Todo esto desemboca en la creencia de un mito, un niño depositario de la ‘energía absoluta’.

Calificación: A partir de los 13. Lo mejor es que los niños se reserven hasta esta edad para disfrutar los niveles de violencia y acción de un clásico de la animación adulta.

Persepolis (2007)

Siempre es farragoso meterse de lleno en las consecuencias de la revolución de los fundamentalismos. Irak contra Irán. El poder obliga a las mujeres a llevar velo. La adolescencia nunca fue tan dura a pesar del punk. El oasis de la protagonista de Persepolis. Pero el amor por la familia está por encima de la libertad. ¿Debe ser así? La película basada en el cómic de Marjane Strapi es demasiado realista, demasiado conmovedora y demasiado cruda para servírsela a los niños.

Calificación: A partir de los 12. Es posible que no entiendan mucho sobre el conflicto armado o sobre el islam pero un niño de 12 años sabe lo que es la libertad y la falta de ella. En blanco y negro o en color.

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