9 estrellas de Hollywood que se estrellaron en el teatro

¿Quién es capaz de pegarle una paliza a Bruce Willis? Nosotros tenemos la respuesta: los críticos de Broadway. Protagonizando Misery, la adaptación teatral del libro de Stephen King en la que interviene junto a la actriz Laurie Metcalf, el hombre de La jungla de cristal ha cosechado, posiblemente, las reseñas más demoledoras de su carrera. Según informa The Daily Beast, los expertos neoyorquinos han emitido opiniones tales que "parece que va a echarse una siesta en cualquier momento" (The New York Times) o "es tan soso que da hasta miedo" (Daily News), masacrando un montaje escénico cuyas entradas han llegado a venderse por 328 euros. De este modo, y pese a la fama de Willis, es muy probable que el público acabe rehuyendo la función, convirtiéndola en uno de los grandes fracasos teatrales de la temporada.

No hace falta recurrir al ejemplo de Bruce Willis y Misery (o revisar Birdman) para afirmar que la relación entre las estrellas de cine y el teatro es, cuanto menos, compleja. Tentados por los productores, que ven en ellos un imán para el público, muchos actores y actrices con un largo historial de gloria en la pantalla se han llevado batacazos de aúpa al verse en un escenario, con los focos quemando y la inquietante presencia del público en el patio de butacas. Hay excepciones, claro, como las de Tom Hanks, Daniel Radcliffe, Bradley Cooper (cuya interpretación en El hombre elefante ha sido muy aplaudida) o James Franco, que obtuvo un megahit en la temporada de 2014 con De ratones y hombres. Eso, por no hablar de intérpretes muy curtidos ya en las tablas, como el dúo que se marcaron Patrick Stewart e Ian McKellen con Esperando a Godot o la tremolina que arma Hugh Jackman cada vez que accede a protagonizar un musical. Pero, como puedes leer a continuación, los fracasos están ahí... y seguro que a sus protagonistas aún les escuecen.

Siempre deseosa de poner distancia entre ella, el Caribe y sus piratas, la actriz de Orgullo y prejuicio se aventuró en Broadway con una apuesta arriesgada: nada menos que la versión escénica de Thérèse Raquin, el novelón decimonónico de Emile Zola. Aunque los resultados financieros de la obra, que llegó a Broadway en octubre, aún no han sido desvelados, las críticas fueron de todo menos positivas. Y, si bien algunas de dichas reseñas alababan la labor de Knightley, todas ellas se cebaban en el director Evan Cabnet y acusaban al montaje de estar lleno de fallos. Deadline, sin ir más lejos, describió la obra como "un coñazo asexuado". 

En 2013, dos años antes de que Keira las pasase canutas con Thérèse Raquin, su ex compañero de aventuras en la Perla Negra hizo lo propio en 2013 con una apuesta mucho más ambiciosa: nada menos que Romeo y Julieta. Aunque cualquiera diría que el atractivo del inglés le vuelve idóneo para seducir a cualquier Capuleto desprevenida, el show partió con un fallo garrafal. Porque, para mostrarse fiel al clásico de Shakespeare, Bloom debía comportarse como un chavalín adolescente pese ano cumplr ya los 35. Las críticas fueron tirando a pésimas, y la obra abandonó la cartelera casi un mes antes de lo previsto.

Reina en el exilio de Poniente, Madre de Dragones, Rompedora de Cadenas, khaleesi del pueblo Dothraki... Todos esos títulos están muy bien, pero ¿logró hacerlos valer la actriz de Juego de tronos en la versión teatral de Desayuno con diamantes? Diríase que no. Aunque la obra procuraba reflejar los aspectos más escabrosos del original de Truman Capote, escamoteados por Blake Edwards en su adaptación cinematográfica, los expertos la tomaron con la actriz, señalando que su interpretación de Holly Golightly nunca jamás podría estar a la altura de la de Audrey Hepburn. "Sabes desde el principio que, cuando le llega el momento de ponerse triste al final, va a hacerlo quebrando la voz y poniendo morritos", sentenció el viperino crítico del New York Times. Y no era un elogio. La obra aguantó sólo 38 funciones en cartel.

Ojo: cuando hablamos de 'ScarJo' no hablamos de una advenediza en la cosa teatral, sino de una actriz cuyo trabajo en Panorama desde el puente (la obra, tan intensa como arisca, de Arthur Miller) le granjeó críticas entusiastas y un premio Tony en 2011. Sin embargo, parece que Scarlett se desenvuelve mejor con el ex marido de Marilyn Monroe que con su contemporáneo más ilustre, Tennessee Williams: hace dos años, su regreso a Broadway con una versión de La gata sobre el tejado de Zinc le deparó una taquilla nada espectacular y unas opiniones que, sin llegar a ser carniceras, sí la cuestionaban con dureza. "Le gusta que el público sepa lo mucho que se esfuerza", fue el envenenado elogio que le dedicó The Guardian.

El hombre que fue Malcolm X tiene mucha experiencia en teatro, medio en el que dio sus primeros pasos como actor y al que nunca ha renunciado del todo. Pese a dicha trayectoria, Denzel se empeñó en conquistar Roma en 2005, y el tiro le salió por la culata. Su interpretación de Bruto, el auténtico protagonista del Julio César de Shakespeare (y uno de los personajes más complejos del dramaturgo inglés) se saldó con el habitual resultado de críticas tibias y taquilla floja, aunque algunos críticos señalaron que Washington ponía todo su talento en el asador y no era el único culpable de un montaje decepcionante. Por fortuna, Washington se resarció el año pasado protagonizando el drama Raisin in the Sun, al frente del cual obtuvo aplausos abundantes y píngues beneficios.

Esto sí que debió doler. Porque, aunque a algunos les sorprenda, el protagonista de La momia había obtenido críticas de relumbrón allá por 2001, cuando participó en un montaje de La gata sobre el tejado de zinc en Londres. Sin embargo, cuando se decidió a debutar en Broadway en 2010 con una adaptación de la película danesa Elling, el fracaso financiero fue tan brutal que la obra sólo se mantuvo durante nueve funciones en cartel. Para colmo, ese mismo año Brendan protagonizó en cines En pata de guerra. Lo dicho: un dolor.

¿Qué ocurre cuando pones a un sujeto muy temperamental -Baldwin- y a un intenso de la vida -Shia- a protagonizar una obra de Broadway? Pues, en el peor de los casos, lo que pasó con Orphans, la obra de Kyle Kessler que ambos casi protagonizaron en 2013. "Casi", decimos, porque los dos actores se llevaron tan rematadamente mal durante los ensayos que LaBeouf decidió abandonar el montaje antes de su estreno. Según declararon ambos, la sangre no llegó al río y pudieron resolver sus diferencias una vez que se bajaron del escenario, pero, una vez estrenado (con Ben Foster acompañando a Baldwin) el show distó de ser un éxito.