7 planetas de cine en los que podríamos vivir

A 39 años luz está la estrella Trappist-1, que hasta hace muy poco era un astro completamente irrelevante para la Nasa… Ahora, sin embargo, todo lo contrario. Trappist-1 es de repente nuestra estrella favorita, y el entusiasmo no es para menos, con una masa que solo llega al 9% de nuestro Sol, esta enana roja fría tiene orbitando a su alrededor nada más y nada menos que siete exoplanetas, de los cuales tres o cuatro están en órbitas templadas, lo que significa que podría existir en ellos agua líquida y por tanto, vida. ¿Os imagináis? De repente Interstellar ya no es tan ciencia ficción… ¿Habrá alienígenas allí? ¿Serán una amenaza? ¿Y qué clases de paisajes nos esperan en estos planetas?

Está claro que si las cosas se ponen feas en  la tierra b,c,d,e,f,g,h serán nuestros primeros candidatos para ser nuestra segunda casa... Pero como todo el cine ya se ha adelantado unas cuantas veces y nos ha llevado a planetas que bien podríamos colonizar.

MONGO de 'Flash Gordon'

Vale que Flash Gordon sea una película a la que el tiempo le ha jugado una mala pasada, pero sin duda el planeta que más nos gusta de todos los visitados por el personaje creado por Alex Raymond es Mongo.

Mongo es un planeta desértico cubierto de colinas muy altas, picos rocosos y un color rojizo en el que hay enormes trozos de roca llamadas lunas. Sin embargo, nosotros iríamos directamente a su capital llamada Mingo (¿para qué trabajar más el nombre?) que es como una especie de antro lleno de gente estrafalaria después de consumir sustancias psicotrópicas.

Lo bueno de Mongo es que podríamos perfectamente compartir el planeta con su pueblo, muy parecidos a nosotros en lo físico, excepto que ellos tienen sangre azul o verde y que cuando muerten sus cuerpos se desintegran rápidamente.

NABOO de 'Star Wars'

De todos los planetas que aparecen en la saga de Star Wars, sin duda Naboo es el más adecuado para nosotros los humanos. Coruscant también, pero demasiado ajetreo entre rascacielos, barrios, bares, zonas gubernamentales… En el planeta ciudad ya no hay sitio para nadie, sería como ir de Málaga a Malagón. Así que nos quedamos con Naboo, un planeta con tres lunas, cuyo día dura 26 horas y el año 312 días. Su atmósfera es respirable, la gravedad es la misma, el clima es templado y además es precioso, lleno de paisajes con enormes planicies y prados, bosques frondosos, núcleos urbanos llenos de color (pensad en la plaza de España de Sevilla, por ejemplo)  y enormes montañas. En este planeta podemos encontrar maravillosos paisajes como el Monte Gallo, que divide en dos los continentes, o el Pantano Lanorm.

Eso sí, habría que tener cuidado con zambullirse en sus lagos y pantanos porque allí habitan los gungan, una especie a la que no le gustan mucho los humanos.

VULCANO  de 'Star Trek'

Tanto en la serie original con un aspecto algo más rudimentario como en la espectacular saga cinematográfica de J.J. Abrams, Vulcano es un planeta que no necesita mucha descripción, con el nombre es suficiente. Efectivamente estamos ante un páramo realmente extenso repleto de tierra rocosa con muchos volcanes y géiseres. De hecho las ciudades están levantadas entre las fisuras de estos monumentales accidentes geográficos.

Pero sin duda lo más importante es que está muy cerquita de la Tierra, sólo a 15 años luz y que con unas cejas postizas y unas orejas puntiagudas también postizas no haría falta ni colonizarlo, los humanos nos infiltraríamos divinamente entre los compatriotas de nuestro querido Spock.

KLENDATHU de 'Starship Troopers'

Probablemente Starship Troopers sea una de las películas de ciencia ficción más divertidas, violentas, extremas que se hayan hecho nunca. Paul Verhoeven hizo una cinta llena de acción protagonizada por personajes absolutamente estereotipados. Pero es una película tan consciente de sí misma que solo cabe pensar que es una de las mejores bromas de Verhoeven. En cualquier caso aquí hemos venido a hablar de planetas y Starship Troopers nos descubre uno realmente bello en su austeridad, Klendathu. Grandes llanuras de tierra y noches realmente azules. Además, Klendathu tiene una atmósfera habitable para los humanos.

El único problemilla es que está habitada por los Arácnidos que son unos bichos gigantes y muy asquerosos que además se llevan fatal con los humanos. Vete tú a saber por qué.

PANDORA de ‘Avatar’

Probablemente estemos ante el planeta más bonito de todos los conocidos por los humanos a través del cine. James Cameron hizo aquí un trabajo espectacular de diseño creando un planeta repleto de color, de junglas fluorescentes, de llanuras con formas imposibles, picos flotantes, árboles majestuosos y llenos de poder…

El planeta realmente no es un planeta, sino un satélite del planeta Polifemo. Se encuentra en el sistema solar de Alpha Centauri A y está a tiro de piedra, a unos 4,37 años luz de nuestro hogar. La riqueza vegetal es sublime y preciosa, comparable con la animal… En Pandora habitan los Na’vi, seres azules, amantes de la naturaleza, antropomórfico pero con diferencias radicales con respecto a los humanos.

CYBERTRON de ‘Transformers’

Cybertron es dos veces mayor que La Tierra y consta de dos lunas de metal. Este planeta está poblado por formas de vida mecánica que pueden transformarse en todo tipo de maquinaria, lo que sería muy útil para los humanos en el caso de que nos diera por ir allí a vivir, aunque no creemos que ni a los Autobots ni a los Decepticons les guste mucho la idea de compartir planeta con nosotros.

Es un planeta muy frío pero solo de pensar que tendríamos cualquier instrumento tecnológico a nuestra disposición en cualquier momento y en cualquier rincón es motivo suficiente para plantearnos si ir allí a vivir con nuestros queridos amigos metálicos.

SOLARIS de 'Solaris'

Solaris es un planeta acuoso creado por el novelista Stanislaw Lem, que primero adaptó Andrei Tarkovsky y después Steven Soderbergh. Así a primera vista parece muy habitable, demasiado nuboso, quizá pero nada que no se pueda solucionar con un bonito paraguas y unas botas de agua. Además, ¿quién no viviría en una playa de dimensiones estratosféricas?

Sin embargo, el problema real de este páramo es su siniestra energía, que provoca que los astronautas vean a sus seres queridos fallecidos muy vivos. Esto claro hace que uno pueda volverse loco pero si consigues superar esta prueba mental el planeta es un buen hogar para pasar el resto de la eternidad.