10 apocalipsis de cine muy originales

¿Creías que, en la pantalla, el mundo sólo se acaba a base de meteoritos gigantes o virus letales? Celebramos el estreno de 'Fin' recordando 10 filmes que se salen de la norma. Por YAGO GARCÍA
10 apocalipsis de cine muy originales
10 apocalipsis de cine muy originales
10 apocalipsis de cine muy originales

Guerras nucleares, virus incontrolados, invasiones alienígenas, máquinas rebeldes, los siempre socorridos meteoritos gigantes y, por supuesto, los zombies: esos son los medios que el cine suele usar para mostrarnos el fin del mundo. Tan arraigados están en la cultura cinéfila, de hecho, que ni siquiera Lars Von Trier esquivó sus referencias a la hora de mostrarnos su propio cataclismo en Melancolía. Pero, esta semana, la película española Fin nos muestra una variante nacional, y poco convencional, del Apocalipsis: con Maribel Verdú y el top model Andrés Velencoso en su reparto, el argumento de Fin describe un panorama en el cual, como decía el poeta, el mundo no acaba con una explosión, sino con un gemido. Por así decirlo, claro.

Animados por este estreno, en CINEMANÍA hemos repasado nuestros archivos de supervivencia para rescatar 10 filmes apocalípticos y peculiares. En ellos no hallarás un mísero muerto viviente en busca de cerebros frescos, los platillos volantes brillan por su ausencia y no sale ningún presidente de EE UU dando discursos por TV antes de que todo se vaya a hacer gárgaras. No, Morgan Freeman tampoco.

El incidente (2008)

Apocalipsis por... Plantas cabreadas. Así como suena: los vegetales del mundo deciden que ya está bien de aguantar a los humanos, bien sea porque estps los talan, porque los usan para preparar ensaladas o porque siempre se olvidan de regar las macetas. De modo que segregan sustancias misteriosas que provocan suicidios en masa de aquí a Pekín. Puede que esta sea la película más odiada de M. Night Shyamalan, pero desde su estreno nosotros no hemos vuelto a mirar igual a nuestro tiesto de geranios.

La última ola (1977)

Apocalipsis por... Pues eso, una ola gigante. La cual, además, amenaza con sumergir bajo las aguas a todos los continentes, empezando por Australia. Tratándose de un filme de Peter Weir (Único testigo, Master and Commander) tampoco nos esperábamos una ración de explosiones y cataclismos geológicos, pero resulta que, más que una historia de catástrofes al uso, esta película es un homenaje a la cultura aborigen y a sus leyendas.

Hijos de los hombres (2006)

Apocalipsis por... Esterilidad mundial. ¿Qué ocurriría si, de repente, dejasen de nacer niños en todo el mundo? Pues, según este filme de Alfonso Cuarón, que el Reino Unido se convertiría en una dictadura fascista llena de campos de concentración y policías asesinos. Rodada mediante larguísimos y virtuosos planos secuencia, Hijos de los hombres es una oportunidad para ver a Michael Caine, Clive Owen y Julianne Moore ofreciendo algunas de las mejores interpretaciones de sus carreras. Y eso es decir muchísimo.

En la boca del miedo (1994)

Apocalipsis por... Novela de terror. Ahí es nada: a fin de homenajear a su amigo Stephen King, a las obras de H. P. Lovecraft y al cine de serie B, John Carpenter expandió su cortometraje Cigarette Burns hasta darle la forma de este filme, en el cual cierta novela inédita podría ser (o no) el portal de entrada a nuestro mundo para fuerzas cósmicas y primigenias. Y cuando por fin se estrena la adaptación al cine, ni te contamos.

El imperio del fuego (2002)

Apocalipsis por... ¡Dragones! Abandonando su lugar natural en las películas de Disney y de Peter Jackson (quien nos mostrará a un ejemplar particularmente entrañable en El Hobbit: La desolación de Smaug), los reptiles gigantes se dedican a sembrar el terror por todo el mundo a base de regüeldos ígneos. Para acabar con su amenaza, harán falta los poderes combinados de Matthew McConnaughey y de un Christian Bale a quien suponemos capaz de ponerles en fuga con mirarles un poco de soslayo.

Waterworld (1995)

Apocalipsis por... Marea alta. Si El imperio del fuego nos mostraba el porvenir de una Tierra churruscadita, el aspirante a blockbuster más caro y vilipendiado de los 90 optó por el camino contrario, mostrándonos el panorama de un mundo pasado por agua y convertido en mar sin orillas. Para la posteridad han quedado las agallas y el peinado mullet de ese Kevin Costner mutante.

La semilla del espacio (1962)

Apocalipsis por... Plantas cabreadas (II) Antes de que Shyamalan nos ofreciera su particular versión de la alergia a las gramíneas en El incidente, el escritor John Wyndham fue pionero en eso de poner a los vegetales como detonantes del fin del mundo. Sólo que, en esta ocasión, las plantas son alienígenas y se mueven, un concepto que tendría su versión mejorada (y camuflada) en La invasión de los ladrones de cuerpos y sus remakes.

El fin de los días (1999)

Apocalipsis por... Intervención satánica. Entre tanta catástrofe de pegolete, da gusto encontrarse un fin del mundo de la vieja escuela, con el Maligno (Gabriel Byrne) paseándose por Nueva York en busca de una novia, y con Arnold Schwarzenegger dispuesto a amargarle el kiki de fin de año. En las memorables palabras de Fernando Arrabal: "¡El milenarismo va a llegar!". Lástima que llegase en forma de un filme más bien mediocre.

A ciegas (2008)

Apocalipsis por... Falta de visión. Cuando decimos que, en este filme, el mundo entero se ha quedado ciego, no nos referimos al estado habitual de los países occidentales al amanecer del 1 de enero. Estamos ante una adaptación de la novela Ensayo sobre la ceguera de José Saramago en la cual la civilización se va a freír espárragos cuando la totalidad de la población mundial pierde la vista. La única que conserva los ojos en buen estado, o eso parece, es Julianne Moore, obligada a ejercer como lazarillo de un grupo de supervivientes.

The Road (2009)

Apocalipsis por... Colapso medioambiental. La tierra y el cielo se han vuelto grises. Toda el agua está contaminada, y la comida es un mero recuerdo (a no ser que hayas optado por el canibalismo). Está claro que sólo un agonías de la talla de Cormac McCarthy (No es país para viejos) podía imaginar un futuro como este, en el cual ni siquiera los redaños de un Viggo Mortensen son una garantía de supervivencia. ¿Lo peor de todo? De nuestras posibles opciones para que el mundo se vaya a criar malvas, esta es la más verosímil.

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