Cinemanía nº 208

Quentin Tarantino y nuestros directores favoritos
Cinemanía nº 208
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Cinemanía nº 208

QUENTIN TARANTINO, DJANGO DESENCADENADO, PULP WESTERN

Director´s Cut: Jaque a Tarantino

1. ATRAPADOS. Por si fuera poco, además de arreglarnos la vida, las películas también sirven para recordar dónde estábamos el día que las vimos. Es más, supongo que os pasa a vosotros también, a veces recuerdas mucho mejor qué día, en qué cine o con quién viste una película que la propia película en sí misma. La memoria sentimental no puede con Quentin Tarantino, el cineasta con nombre de cuento de Italo Calvino. Es imposible olvidar sus películas, por tres razones: primero, porque no nos ha dejado todavía ninguna mala; segundo, porque las hemos vuelto a ver varias veces, queramos o no, enteras o a trozos, en la tele o por escrito, en Mac o PC, comentándolas entre amigos o revisándolas mentalmente a través de la ventanilla del tren... y forman parte de la cultura audiovisual contemporánea con una fuerza casi impúdica, inédita en cualquier otro cineasta moderno y su filmografía. Y tercero, porque ya se encarga él mismo de que no podamos olvidarlas con sus trucos de videoclubero genial, guiños como ratoneras, desplegados en su cine en forma de diálogos, temazos musicales, planos y secuencias para atraparnos de una vez para siempre. Si estaremos pillados que no puedo quitarme de la cabeza que en la última mudanza de la revista, perdimos un cartelón con nuestra portada de Kill Bill firmado por el maestro. No me resigno a perderla.

2. QUÉ 'PELI' LA DE AQUEL DÍA. No tuve la suerte de ser uno de los poco más de 200.000 espabilaos que descubrieron Reservoir Dogs en su estreno, hace poco más de 20 años, en octubre de 1992. Recuerdo su paso por Sitges, y hasta el reportaje de Jaume Figueras en TV3, pero la peli se me escapó. Podría poner como excusa que era un chaval y andaba despistado con las chicas y los porros, pero no, no tengo perdón: Jaque al asesino es del mismo año y esa mierda recuerdo ir a verla a una sala. Menudo capullo. Menos mal que sí fui uno de los dos millones de españoles que la gozaron en el cine con Pulp Fiction dos años y pico después (el mismo año que nació CINEMANÍA) y, con el tiempo, uno de tantos que rescató su primera película en VHS, grabó una cassette con las canciones y empezó a rastrear su nombre con la fe del converso hasta aguantar que te mirasen raro en McDonalds por pedir una Royal con queso, a repetir la gracieta del Señor Lobo y las pollas hasta quemarla y a situar Sundance en el mapa a ojos ciegos, como si fuera Finisterre. QT nos cambió la vida. Él probablemente abominaría de este sentimentalismo barato de editorial cinemaníaca, pero su corazoncito de cineasta enmadrado, en el fondo, sabe que tengo razón. Y tú, también. Porque han pasado 20 años y sigues esperando sus películas como si del mismísimo Puto Genio del Séptimo Arte se tratase.

3. ANTIESCLAVISMO ILUSTRADO. No me preguntéis cómo, en este número se juntan el Southern de QT con esclavos manumitidos y plantaciones sureñas, con la película de Spielberg sobre el presidente abolicionista, con una película del actor negro más oscarizado y con la operación antiterrorista que marcó el mandato del primer presidente negro de la historia de EE UU. Me falta encontrar el toque blaxploitation a Paul Thomas Anderson y al Tom Cruise de Jack Reacher, pero entre ellos hay un abismo de Cienciología, así que renunciamos al pleno al grito de ¡Mueran las cadenas!

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