OPINIÓN

Poca broma

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Poca broma

El humorista John Oliver (fue reportero en The Daily Show o profesor en la sitcom Community) presenta cada domingo Last Week Tonight en la cadena HBO. Se podría definir como un informativo satírico o una sátira informativa, pues ofrece investigación periodística sobre temas muy serios trufada de chistes de todos los colores. El espacio conserva intacta su capacidad de asombro ante la idiotez política o social y mantiene una actitud de denuncia activista frente a los abusos de poder en todo el mundo.

Pero el pasado 12 de junio se emitió horas después del atentado en una discoteca de Orlando donde un solo agresor asesinó a 50 personas. Antes de la cabecera, el presentador ofreció un impecable discurso de solidaridad, denunció la brutalidad y abrió una ventana a la esperanza mostrando imágenes de las colas de donantes de sangre en Florida.

Nada que objetar, sólo una reflexión. Oliver hizo lo que se espera de un humorista: pedir disculpas por seguir con las risas (por supuesto, sobre otros temas que ya habían preparado). Nadie en su sano juicio pensaría que es un programa insensible al dolor de una barbarie, pero la inercia dicta la necesidad de prevenir, por si acaso. Yo mismo debo aclarar que no esperaba que la noticia se ignorara o minimizara, sólo señalo que el humor siempre tiene que disculparse por existir cuando, en realidad, es un arma imbatible de pura supervivencia frente a la inevitable fatalidad de la vida. El drama, sin embargo, es el niño mimado de los sentimientos: siempre se le permiten acercamientos airados, inexactos, sensibleros o alarmistas. En caso de tragedia, la primera víctima, antes que la verdad, es la comedia.

John Oliver terminó su introducción de manera autolesiva diciendo “ahora, por favor, únanse a nuestro estúpido show”. Y eso no se lo perdono: Last Week Tonight es más necesario que nunca.

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