Un Real Madrid-Barça de cine

Manda huevos. Ni actores ni cineastas, el tipo que más ha acercado al cine el clásico del fútbol español (¿desde cuándo hemos dejado de llamarlo 'derby'? Todavía no me he acostumbrado a llamarlo 'a la argentina', aunque sea la forma correcta) ha sido Jaume Roures, el tipo más listo a aquel lado del Ebro, el hombre que ha llevado el Real Madrid-Barça a los cines, y en alta definición.

Quitando las llamadas de teléfono de Di Stéfano a su colega de juergas Kubala en Saeta Rubia y los saltitos calzoncilleros de Cassen mirando de reojo al escote de Mónica Randall en Furia Española, quizá sólo Fernando Colomo se ha atrevido con el clásico. Bueno, sí, también están los vídeos que les pone Guardiola a sus jugadores (¿Gladiator? Demasiado evidente, yo esperaba que les pusiera algo de Michael Mann o el Pacino de El precio del poder), pero, esos no pasan por la SGAE. En Rivales, se personifica el Madrid-Barça en un enfrentamiento entre Ernesto Alterio y Santi Millán, la cota futbolística más baja del clásico desde que Paco Bonet y Zuviría lo jugaron. Hasta el partido de fútbol indoor de ayer (Barça 12-Real Madrid 13) tiene más enjundia.

Esperaremos que a alguien se le ocurra una buena película sobre el clásico mientras nos hipnotizamos con el tupé de Pellegrini y el tapete de Guardiola. Por cierto, ¿si Cristiano va por el mundo creyéndose Steve McQueen, por qué Messi se parece tanto a Dustin Hoffman? Que Dios (aunque sea argentino) reparta suerte.

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