Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Un chute de ánimo al salir de 'La habitación'

En pleno proceso de recuperación de su trauma, lo primero que le llama la atención al chaval protagonista de La habitación (Room, 2015, Lenny Abrahamson) es un balón de fútbol. De nuestro fútbol. Ni un balón de rugby ni un bate de béisbol ni una canasta de baloncesto. Un balón de fútbol y otro niño, claro, que suele ser lo que más le gusta a un niño.

La aparición de este vecinito hace renacer la curiosidad en Jack, el hijo de Joy Newsome (oscarizada Brie Larson), una joven retenida desde los 17 años en un cobertizo de una casa por un hombre que no permite ningún contacto de la joven con el exterior y que además ha abusado de ella durante al menos siete años.

La habitación 4 Lahabitación 2La habitación 3

Los trucos de la madre para inventar un mundo imaginario en el que el crío que nace de esa relación envenenada se sienta cómodo (o pueda sobrevivir al menos) son uno de los logros del filme. Pero la película no termina ahí: Jack y Joy logran huir, y así comienza otro capítulo de su difícil adaptación a los cambios que les depara su destino. Jack apenas se comunica, ni siquiera con su madre, casi no levanta la cabeza de sus juegos desde un rincón del salón y sufre, por supuesto, pesadillas. Todo empieza a cambiar con un amigo y un balón con el que jugar, con el que perder, de un buen chute, el miedo, la timidez y hasta la bota.

Sigue ‘Fútbol y Cine’ en TWITTER

Todos los días, a todas horas, noticias de cine y series en CINEMANÍA

Mostrar comentarios

Códigos Descuento