OPINIÓN

'Powerless', ríete de DC Comics (si te atreves)

'Powerless', ríete de DC Comics (si te atreves)
'Powerless', ríete de DC Comics (si te atreves)
'Powerless', ríete de DC Comics (si te atreves)

¿Una serie con Bruce Wayne, ambientada en Gotham City y con espectaculares efectos especiales? Olvídalo que para eso está ‘Gotham’. Powerless es todo lo contrario, como la marca blanca de las historias de DC Comics (con Batman a la cabeza). En efecto, en la nueva comedia de NBC (sin fecha de estreno en España), es el primo de Bruce Wayne –Van Wayne (Alan Tudyk)– el que dirige Wayne Security (en principio iba a ser una empresa de seguros pero la cambiaron por una de “inventos” que da más juego), sueña con vivir en Gotham como su afamado pariente, pero se tiene que conformar con sobrevivir en unas oficinas de la menos popular Charm City [Si en vez del primo hubiera sido el cuñado en España nos hubiera hecho más gracia]. Y en cuanto a FX ni hablamos: cuando vemos pelear a Jack-O’Lantern contra Crimson Fox saltan las chispas del cutrerio visual. Pero, nos da igual.

Powerless es lo suficientemente entretenida y original como para no echar en falta un mayor presupuesto. Los personajes se dejan querer, son humanos que hacen lo imposible por convivir con mutantes con poderes que ponen sus vidas en peligro. Emily (Vanessa Hudgens), la protagonista, llega de nuevas a Charm City, y con ella descubrimos lo que sería convivir con la amenaza constante del villano de turno. En el piloto, al menos, los personajes con poderes están en un segundo plano. Los verdaderos protagonistas son los integrantes de esta empresa obsoleta que se limita a copiar los inventos de su competidora: LexCorp (risita contenida).

'Powerless', ríete de DC Comics (si te atreves)

Pero Emily, como una especie de Dorothy llegada de Kansas, está decidida a cambiarlo todo. La creatividad es poder. Y ella, como hacía Jeff en Community –aunque en otras circunstancias–, pretende motivar al grupo animándoles a pergeñar esa gran idea que los haga marcar la diferencia (y enorgullecer al mismísimo Batman). Como en Community, Danny Pudi viene a llevarle la contraria como jefe de diseño al que sólo le preocupa el color de los inventos (¿desde cuándo el morado es color ‘sangría’?). Teddy se queda en la superficie, no le es fácil confiar en la nueva, pero Emily demuestra que no se necesita tener un superpoder para triunfar. Los (falsos) losers vuelven a ganar.

Lo mejor de Powerless es la osadía de reírse del superhéroe; el reparto (destaca, para mi sorpresa, Vanessa Hudgens), aunque estereotipado, cumple con el tono sitcom de la serie, y los guiños a los superhéroes más populares (ese arranque a lo Superman es una declaración de intenciones).

Lo peor de la serie podría ser que el fandom no le vea la gracia o/y que los neófitos no pillen las bromas. No le hará ningún bien seguramente que el segundo episodio se “inspire” en San Valentín, pero habrá que verlo para comprobar si Powerless merece la pena o es otra Constantine.

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