OPINIÓN

Miedo y asco en la mesa italiana

Miedo y asco en la mesa italiana
Miedo y asco en la mesa italiana
Miedo y asco en la mesa italiana

(Para algunos, una mesa italiana es la "primera lectura de un guión con todo el equipo artístico". Para otros, es una "lucha despiadada de egos que acabará con los guionistas quedándose hasta las dos de la mañana reescribiendo el guión".)

Lo has conseguido. Estás en LA SERIE. Esto en Estados Unidos significaría que estás trabajando en una maravilla técnica y artística, un productor maduro y sofisticado que te va a permitir evolucionar como actor/guionista/productor/director. En España significa que vas a pasarte cinco días a la semana en un decorado parecido al de Barrio Sésamo diciendo obviedades y chascarrillos de garrafón. Pero a ti te da igual. Esos chascarrillos los vas a decir TÚ. Además, te han dicho que en el cátering va a haber bocadillos de tortilla de patatas, con lo que te gustan. ¿Quién dijo que la televisión española estaba en crisis? A lo lejos divisas la mesa del cátering. Desde dónde estás no puedes ver si todavía quedan bocadillos de tortilla de patatas. Quieres acercarte pero no te atreves. Solo eres un novato. Aquí hay gente que lleva trabajando siete años. No te posiciones. Cuidado. Pon buena cara. Sonríe. Sé amable. Sí, ya sé que te cuesta, eres actor, pero inténtalo. No puedes desaprovechar esta oportunidad. Llevas mucho tiempo comiendo mierda. NECESITAS este trabajo. Sí, actuar en la obrita esa en la Triángulo es muy gratificante, pero tú no quieres ser actor para actuar, tú quieres ser actor para hacer series. Y para ganar pasta. Y para comprarte un piso en Chamberí. Y para irte a Nueva York cuatro días a un hostal en Queens y contarlo en tu twitter. Y poner que no estás en Queens, decir que estás en Brooklyn, en Astoria, en un penthouse "super molón". Olvídate del bocadillo. Piensa en lo que te dijo Cristina Rota aquel día...

"¿Y ese payaso?". El guionista echa un vistazo al actor episódico que han traído para el capítulo. Desde aquí le hueles la pluma. Joder, mira que lo dejaste bien clarito en el guión: FER, el chico nuevo que llega al barrio es un "Reflexivo e Irónico. Tipo Chandler, el de Friends, pero más castizo". ¿Y qué te han traído? Un maricón. La parodia de un gay de provincias. Un pavo con tupé y boquita de pitiminí. Un comemuffins. ¿Quién cojones se va a creer ahora que esta nenaza tiene química con MARA, la protagonista de la serie? Con ese pavo la tensión sexual no resuelta no se va a resolver JAMÁS. El guionista se gira buscando aprobación hacia su compañera, una chiquilla insignificante que lleva puestas unas gafas rojas de pasta dos tallas más grandes de lo que deberían y que tiene pinta de comprar tofu en el Lidl. La compañera no dice nada y sigue mirando con sus ojillos el guión que sostiene con sus blanquecinas manos, unas manitas a las que nunca ha dado el sol y que nunca han sido sujetadas por ningún hombre que no fuera su padre/abuelo/tío raro que una vez la sobó en el metro. El guionista sabe que la ha cagado. Seguro que ella le odia por este comentario. "Pensará que soy un homófobo". El guionista se preocupa. Le gustaría decirle que no pretendía ser homófobo. Ya le conoce, es un cachondo. Cuándo él se inclina para disculparse ella se aparta. Mal asunto. Es solo una becaria pero sabe que dentro de uno o dos años ella le negará un aumento de sueldo. Normal. Es una buena chica. Maja, tranquila, callada. Llegó hace unos meses, proveniente de uno de los 7640 másters de guión que hay en España. Todavía no la has visto decir ningún chiste en las writers. Tampoco la has oído aportar nunca ninguna idea en los brainstormings. Y por lo general sus primeras versiones de guión son tristes. Sosas, apagadas, carentes de cualquier atisbo de chispa o ingenio, como una canción de Fito y los Fitipaldis. Le irá bien. Puede que no sea la mejor guionista del mundo. Puede que ni siquiera esté entre las cien mil primeras. Pero es lista. Siempre está dispuesta a quedarse una hora más corrigiendo las comas de un guión. O dos. O tres. Y nunca pedirá un aumento de sueldo. Ni un taxi a producción. No aportará nada a los guiones pero siempre encontrará algo que criticar en los de los demás. Los jefes la aprecian. Le irá bien.

"Ese es el imbécil que ha escrito el guión". A., una de las actrices principales de la serie, mira con rencor al pobre diablo que lleva puesta una camiseta de los Simpson, y que cuchichea algo al oído de una chica triste de gafas rojas. "Puta mierda de guión. Puta mierda". Ha contado sus diálogos y solo tiene diez. DIEZ diálogos en setenta páginas de guión. "¿Pero quién cojones se creen estos que son?". ELLA ES LA REINA DE LA COMEDIA EN ESPAÑA, JODER, TENDRÍAN QUE BESAR POR DÓNDE ELLA PISA. Pues no. Estos hijos de puta le dan solo diez diálogos. Diez diálogos de mierda además. Diez diálogos sin chispilla, sin gracia, que parecen salidos de una de esas series de la sobremesa... Esto tenía que ser cosa de P, el actor protagonista de la serie, que no la soportaba. Y todo desde que le dijo aquel día en el José Alfredo (los dos estaban achispadillos) que M, la actriz que había hecho de madre suya en la película aquella que ganó el Festival de Málaga le parecía mejor actriz que J., la rubia pizpireta que le había quitado el papel en aquella función del Festival de Mérida. Error. Ella no sabía que J. era íntima amiga de P. Putadón. Y claro, desde entonces le hacía la vida imposible. Le chafaba las entradillas, le daba mal las réplicas, la tapaba en plano... P. era el ojito derecho del director de cásting así que no podía decir nada. Qué injusto. Ella era una profesional y P. venía todos los días de empalmada, oliendo a Jägermeister que echaba pa´tras... "¿Solo DIEZ diálogos?" Nada, nada, iba a tener que hablar con M., el productor ejecutivo, que justo entraba por la puerta recién llegado de otro de sus viajes. ¿Dónde habría estado ahora? ¿Méjico, Madagascar, Islas Mauricio? Tenía el dinero por castigo. La actriz le saludó muy sonriente. "Pedazo de guión tenemos esta semana. ¡Gracias compis!". El productor no la escuchó. Venía de reunirse con el jefazo que dirigía la tele dónde se emitía su serie. Le acababan de decir que no iban a renovar. Había bajado la audiencia. Las tramas se repetían, los chistes sonaban antiguos, los cameos no funcionaban... Les iban a sustituir por un programa de saltos de esquí. Saltos de esquí sin nieve. Iban a saltar desde el Valle de los Caídos. Esquizofrénicos y cocainómanos saltando en bañador desde la tumba de Franco. Diversión, compromiso político y crítica social en el mismo pack. Exitazo seguro. Ya habían hablado con Falete. El productor cogió un guión y se sentó al lado de uno de los niños repelentes de la serie. Estaba preocupado. MUY preocupado. En Punto MX le habían dicho que no podían darle mesa hasta dentro de dos meses.

Coño, joder, hostias... ¿Por qué todo tenía que salirle mal?

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Alberto López (@alberto2) es guionista. Su película favorita es La fiera de mi niña. Odia a Damon Lindelof.

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