OPINIÓN

'Cumbia asesina': el ritmo latino que devorará tu alma

'Cumbia asesina': el ritmo latino que devorará tu alma
'Cumbia asesina': el ritmo latino que devorará tu alma
'Cumbia asesina': el ritmo latino que devorará tu alma

El heavy metal ha tomado una posición dominante en cuanto a cine chungo se refiere: su conexión con el satanismo lo convirtió, especialmente en los 80, en la opción más válida y coherente para insertarlo en cutrepelis de terror. Pero… ¿y qué hay de los ritmos latinos? ¿No puede haber un psicópata fan del merengue? ¿O un grupo de salsa que invoque al diablo? En México, en 1991 el director Cristian González respondió a estas preguntas con un sonoro SÍ, y lanzó al mercado el film con uno de los mejores títulos que vais a oír en vuestra vida: CUMBIA ASESINA, aka Amor, ritmo y muerte.

En 1991, el mercado de los video homes mexicanos, modestos productos directos a vídeo repletos de sexo, violencia y comedia gruesa, estaba en plena ebullición. Al joven González  le había llamado la atención como en los bajos fondos de su país, el endiablado ritmo de la cumbia, de origen colombiano, tenía absorbida a la población: la música ideal para que miles de jóvenes se evadieran durante unas horas, bien combinada con las habituales dosis de alcohol, droga y ligoteo. El realizador ambientó en este ambiente un guion repleto de violencia, sordidez y sexo. El resultado: un clasicazo de los video homes que sólo ahora está siendo descubierto en el resto del mundo.

El film comienza con toda una declaración de intenciones, sin sutilezas, dejando a claro el tono de la película. Primero, un plano de un culo sacudiéndose al andar. Después, otro de la entrepierna de la mujer, para terminar con… un plano de sus tetas. ¡Claro que sí! Estos atributos pertenecen a Carmen (la indómita Eva Garbo), una mujer de armas tomar que levanta pasiones allá por donde va. Y si tienes algo que decir al respecto de cómo viste, habla o vive su vida tenlo claro: te va a mandar rápido a tomar por culo.

Carmen es una apasionada de la cumbia. ¿Qué tendrá ese sabrosa y diabólica música que no puede dejar de bailarla? En su casa, en la zapatería donde trabaja… y, por supuesto, en una discoteca que gusta de frecuentar. Allí conocerá a uno de sus amores, un tipo tan chungo que la gente le llama “el Drácula” (Sebastián Ligarde), un policía corrupto que hace chanchullos en la discoteca. Drácula, que viste siempre de traje y tiene un aire a lo Rocco Siffredi, seduce a Carmen a base de invitarla a restaurantes chics y colmarla de lujos: hasta le pone un piso, como hacían los galanes de antaño y los capitostes de TVE.

Pero en un lance en los bajos fondos, Carmen es rescatada de unos maleantes por la banda Los Panchitos, que viven en un vertedero y parecen salidos de un vídeo de El Batu. Un tipo con bigote llamado “El Combi” (Jorge Luke) es el líder de esta panda callejera, y es lo contrario al otro gañán que ronda a la chica: va siempre sucio, hecho un desastre, y no hace el más mínimo esfuerzo en seducirla pero… en la cama la complace como nadie. Lo típico.

Combi

La historia deviene en una guerra entre las respectivas bandas de los amores de Carmen, que no sabe por quién decidirse, protagonizando tórridas escenas con ambos galanes. Y protagonizando también escenitas de baile pegadito, mamita, a ritmo de esa cumbia que interpreta el ‘Súper Grupo Colombia’, con letras que hablan de amores, desamores, y violentas venganzas por despecho. Como la que estamos a punto de presenciar. Cumbia asesina está cargada de ataques de celos, misoginia exageradísima y momentos chunguísimos que garantizan el entretenimiento del espectador. Entre los highlights de la peli tenemos cosas como estas:

    El romance del Drácula comienza cuando él la extorsiona en un callejón oscuro. Entre amenazas e insultos nace el amor, o al menos, el sexo duro. Le gusta que le den cañita, queda claro.

    Dracula

      Los esbirros de Drácula, tras capturar a uno de los compinches de “El Combi” utilizan como método de tortura… la violación por parte de un travesti, que aquí nos pintan como especialmente humillante.

        El propio Drácula fuerza a Carmen a lamer su pistola en un arrebato de pasión, como señal de sumisión a él mismo. Al final, a ella la mola y pasa de estar aterrorizada a muy calentorra.

        Culo

          La idea de una cena romántica de “El Combi” pasa por tomar tacos en un asqueroso puesto callejero. Paga ella, por supuesto.

            Visitando la morgue de la comisaría donde trabaja Drácula, Carmen se pone cachonda con el olor de los cadáveres y pide sexo ahí mismo.

              La amiga de Carmen también es violada, por dos esbirros de “El Combi”. Detectamos un Modus Operandi aquí…

                En una de sus peleas, “El Combi” utiliza spray anti-violador… para cegar a la propia Carmen y reducirla en un callejón. Al final acaban en la cama, claro.

                  Cuando Carmen se entera que Combi está con otra chica, los localiza, le pega una paliza a la otra y procede a tener sexo ahí mismo, en medio de una casa en ruinas.

                    Uno pandilleros se llama “El moco”, con lo cual en esta peli se cumple aquella vieja rima de “La panda del moco, apúntate que somos pocos”.

                      “El Combi” parece más majete, pero cuando un mendigo lo escupe en la calle, no duda en apuñalarlo delante de su novia.

                      El final, como os imagináis, será trágico. Eva Garbo es  la auténtica estrella y motor de la película: siempre con ganas de bailar o follar (o las dos cosas) y derrochando energía, se convierte en una presencia fascinante, un personaje memorable que marcó la carrera de la actriz para siempre. Y lo hizo porque Cumbia asesina resoltó ser el mayor éxito de los home-videos, vendiendo una burrada de copias y convirtiéndose en una auténtica cinta de culto en Norteamérica. Y en verdad es una pequeña joya del cine tex-mex más locuelo, totalmente recomendable para los lectores de esta santa casa.

                      Cristian González se remakearía a si mismo con una Cumbia asesina 2 en 2012, rehaciendo su clásico para las nuevas generaciones en vídeo digital y con algún giro que otro, aunque manteniéndose fiel a la historia que le dio tanta gloria en los 90. Por el camino, nos regaló tantos films que se merece un ciclo por sí mismo: desde El clon de Hitler a Apocalipsis infernal. Un auténtico rey de la exploitation que volverá a aparecer por aquí en el futuro, no lo dudéis. Por lo pronto, haceos un favor y disfrutar ya de Cumbia asesina. ¡Viva México! ¡Viva Cristian González! ¡Y Cristian Castro!

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